Qué fácil se hace disfrutar escuchando Morbo y Mambo. A pesar de ser siete sobre el escenario uno puede encontrar la simpleza ahí, a primera escucha, tan chiquita y preciosa como una línea de bajo. BOA hace apología del baile: ritmos africanos se chocan con electrónica, el dub tranza con el stoner, el rock se sienta en la misma mesa que el trance. Sin voces que corten el ambiente, el mensaje es claro: disfrutar del viaje que nos propone la música.

Hacía rato que una banda no me partía la cabeza con sus letras. Con Sr. Chinarro me pasa que son tan buenas que me resulta imposible ignorarlas. Ni siquiera estoy seguro de saber de qué hablan, pero escuchar palabras atonales salir de la boca de Antonio Luque me produce una sensación maravillosa. Perspectiva Caballera es un disco fantástico, muy intenso y con un gran poder evocativo, todo en clave indie/rock/fanderadiohead. Es como si los recuerdos estuviesen ahí nomás de la música, a pesar del «al diablo con la melancolía» que Luque canta en la genial El gato de S. Si te cabe el indie bueno e intenso abrile tu cabeza al mundo de Sr. Chinarro.

Cumbia lisérgica de fiesta y pesadilla. La Psicotropia es un compilado que agarra sonidos bien latinos y los remoja en un balde de droga. En su mayoría instrumental, los ambientes van variando entre rebotes hipnóticos (Octarine Pathways), sintes oníricos (Una pipa con esencia de rosas)  y problemáticas artificiales de  robots del altiplano (Cumbia Cyborg). La idea de Pakapi -el sello detrás del disco- es dar a conocer la música de latinoamérica, siempre con una vuelta de tuerca nueva. La idea del disco es derretirte el cerebro. Bien nuevo, bien latino, bien distinto al resto.

Tras el debut homónimo (2011) y la banda de sonido de 20.000 Besos (2013), Pablo De Caro vuelve a hacer gala de su talento como cantautor creando melodías que contienen el sabor nostálgico del pop de antaño y la frescura suficiente como para decodificar ese sonido a la actualidad. Junto a una banda afiladísima logran cumplir con creces este objetivo en un nuevo triunfo para la banda comandada por el ex Mataplantas.

Oscuro, directo, groovero, místico y gris. Cinco adjetivos bien distintos que le calzan justo al nuevo de Los Alamos. Luces Blancas carga con la oscuridad diurna propia de la tormenta. La electricidad en el aire va a cargo de las guitarras -que van bailando entre el blues, la psicodelia y el country- y que, sumadas a los vientos omnipresentes y a la voz parca de Peter López, forman el esquema de la tempestad perfecta. Luces Blancas es complejo desde la instrumentación, pero las canciones son fáciles de escuchar. Grabado en vivo en nada más que dos días, cargadito pero accesible al oido, es un pedazo de disco de rock.

 

Ya desde el bellísimo arte de tapa uno puede ir imaginando por dónde viene el sonido del homónimo de Las Ligas Menores: un paisaje urbano de ensueño,  pintado por trece canciones de dulce, liviano e irresistible indie-pop. Un disco fresco y agradable, como una caminata por la gran ciudad.

El inglés Matt Cutler hace de guía turístico en este recorrido, donde la mezcla entre slow techno y hip hop se apodera de cada uno de los paisajes sonoros, mientras se funde lentamente con texturas ambient y melodías pegajosas. Este nuevo trabajo de Lone es otra muestra fiel de que la música electrónica está saliendo cada vez más de las pistas de baile para conquistar los hogares, una tendencia que hoy en día es casi un nuevo género musical.

¿Jungle? ¿Qué es Jungle? Esta banda de modern soul Londinense es definitivamente tan misteriosa como su nombre y su aparición.

Mezclan original y brillantemente baterías electrónicas con bajos grooveros y sytnhs enigmáticos, generando un paisaje totalmente oscuro, algo que realmente no escuchamos con frecuencia (o quizás nunca).

Una de las revelaciones del año, punto para los pibes.

Un vórtice retromaníaco se traga a los Parquet Courts y los escupe entre guitarras-desgarro, armónicas oxidadas y pósters de Pavement. El desviado de Andrew Savage es puro revival-ismo del rock y vibra en modo Raw Power: se estalla en precipicios setentosos y (ab)usa del pasado para escupir al presente. Con tres días de grabación y trece temas para darse masa un domingo de resaca,  Subathing Animal es un tren rompecráneos nacido en un garaje grungero neoyorkino, vástago de Papá Punk y Mamá Velvet Underground. Apestando a porro y a suciedad nostálgica del rock , el LP es indie con pelos en los huevos para dedicarle una a Iggy Pop.

Degustalo con Black and White.

Tras volver de sus aventuras en Divine Fits, Britt Daniel refuerza Spoon con un nuevo integrante y lleva a la banda a las bases del celebrado Kill the Moonlight (2002), manteniendo la frescura de sus últimos trabajos y esa exquisita contradicción de buscar la expansión sonora a partir del minimalismo. Triunfales, como siempre.