Dejando al fantasma de Kurt Vile atrás, The War On Drugs nos propone un viaje lento y apacible por ambientes frÃos, nostálgicos y colmados de delay. Lo que diferencia a este disco de dream pop (¿o dream folk?) de los otros 34 millones es la voz de Adam Granduciel -cargada de vibras propias de Dylan y Petty-, que suena clara, bien arriba de la montaña de eco. «A veces espero a que el viento frÃo sople» canta Granduciel en In Reverse, y esa parece ser la frase que mejor pinta el paisaje de Lost in the Dream, un disco brillante pero dolido, compuesto de diez canciones y ningún hit.
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PUNTAJE LECTORES
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DEGUSTACIÓN
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