Henry Rodrick

mayo 9, 2014

henry rodrick

Como lamentablemente suele ocurrir, la tragedia siempre se magnifica en los medios. Tras la reciente pérdida de DJ Rashad, el footwork repentinamente comenzó a existir en boca de todos. El moreno productor de Chicago diseminó mundialmente esos beats frenéticos que se surten con el hip-hop, poguean con el drum & bass y le dan un besito en la frente al dubstep. El efecto dominó no tardó en dar la vuelta al Mundo y en ese recorrido, Henry Rodrick, sentado en la parada de su Estocolmo natal, detuvo al iracundo tren del footwork, sacó boleto solamente de ida y se sentó delante de todo, para poder contemplar bien el horizonte.

Este DJ y productor, que ocupa su tiempo siendo ingeniero de software (¡?) en Videoplaza, empezó a cimentar sus primeros pinitos involucrándose en sellos suecos tales como Local Talk y Studio Barnhus. Éste último editó su primer álbum que lo proyectó como una de las promesas europeas dentro del género. «˜Don’t Believe’, tal es su título, se atreve a coquetear con el acid jazz, insertando vocales femeninas y reformulando el baile desde un costado más orgánico y no tan robótico como el del resto de sus colegas.

Con eso y con todo, Rodrick se aproxima a composiciones un tanto más elaboradas, craneadas ostensiblemente en un estudio y no tanto en la cabina de una disco siniestra europea. Será materia de discusión saber el qué será de la subsistencia del footwork. De lo que sí tenemos certeza, es que esto está sucediendo aquí y ahora. El futuro ya es cosa del pasado.