Tracks bailables como no se escuchaban desde Pretty Hate Machine (Copy of A, Came Back Haunted), estribillos sensibles para cantar a flor de piel gentileza The Fragile (Various Methods of Escape, I Would For You) y producción y beats entre el glitch y el hip hop ya utilizados en Year Zero (Find my Way, While I’m Still Here). Sólo faltarÃan la crudeza y la experimentación salvaje de trabajos como Broken o The Downward Spiral. ¡Y cómo! Pero no tiene sentido pedirle a Trent Reznor que haga discos como los que se mandaba en los 90’s. Con los años, el señor autodestructivo se esfumó y en su lugar ahora hay un padre de familia que se pasea por el shopping de la mano de su mujer y sus dos pequeños. Además, pasaron cuatro años desde la última producción de NIN; era evidente que Hesitation Marks iba a ser un disco distinto. O mejor dicho, un disco que busca desesperadamente un nuevo sonido y en ese intento termina siendo una colección despareja de canciones que recrean de manera un tanto deslucida el repertorio de la banda. Algo que en absoluto es malo porque estamos hablando de NIN, y NIN tiene margen: a media máquina sigue siendo un milagro contemporáneo.
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PUNTAJE LECTORES
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DEGUSTACIÓN
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