Iron & Wine – Ghost on Ghost

mayo 21, 2013

Cada vez más lejano a su formato inicial de guitarra y voz, Iron & Wine (o Samuel Beam) se anima a la instrumentación y las aventuras sonoras. Ghost On Ghost da muestra de ello. Una vez más, recurrió a la producción de Brian Deck, con quien viene laburando desde 2005 (Our Endless Numbered Days) y que además ha colaborado con otras bandas de interés, como Modest Mouse Gomez, entre otras.

La primera degustación ofrecida fue Grace for Saints and Ramblers con aires pop al estilo Belle & Sebastian; con coritos y violines que te inducen a bailar o «“al menos»“ a sacudir la cabellera. Aunque éste es el tema menos representativo del disco, se entiende que quizás sea el único corte comercial. Lo demás es para intrépidos y cultores del new-folk.

Ya con el falso comienzo de Caught in the Briars, intuimos cómo viene la mano. Lo que empieza en fade-in como una maraña auditiva desemboca felizmente en un clima de swing playero. Oriundo del sur de California, Samuel Beam sabe captar ese ambiente relajado al cual Jack Johnson le sacó tanto provecho. Esa trama circular que tienen las arenas y nos lleva a orbitar entre excesos, noches estrelladas y el recuerdo de esa chica que es capaz de pulverizar el corazón de los hombres más fuertes. Una temática que continúa más adelante en Sundown (Back in the Briars).

Las cruces son un elemento recurrente de la lírica y hay una especie de cuestionamiento a ciertas costumbres religiosas que atraviesa el álbum. En The Desert Babbler reflexiona plañidero sobre la nostalgia del Año Nuevo que se festeja o se padece con la resaca de  la Navidad y la ambigua sensación de que un año llega pero hay otro que se va.

Otras sugerencias llegan en Lovers’ Revolution. La letra nos pasea con ritmo rappeado por un contexto dyliano de callejones atestado de personajes inefables, escenas religiosas y un be-bop salvaje que pasa galopando y desparece en la niebla, ante los gritos guturales de Antony (sin The Johnsons) y un Samuel Beam escupiendo criticas con elegancia de Poeta Beat. Sin dudas, la canción más ostentosa de todas.

Finalmente, todo concluye en Baby Center Stage, una balada folk de piano y voz, ornamentada con un tenue acompañamiento de batería y guitarra steel dando pinceladas de luz, sobre una canción triste que anhela un amor que ya no está.

DEGUSTACIÓN

IRON & WINE: ‘Lover’s Revolution’