«In Guards we trust», plasman en su placa los jovencitos brooklynites con ánimos de imponer sus canciones en el mercado norteamericano; y lanzaron al ruedo un hit muy arriba (incluso gritado) llamado Ready To Go. Toda una cuestión de principios y estratégicos pasos hacia la perdurabilidad. El disco en general es muy histriónico, con un latente costado cantable y de agudas melodÃas que parecieran competir entre sà para sonar cada vez más alto. Las guitarras son fundamentales, llevan la estructura de las canciones por armonÃas poperas y bailables contrastando con efectos sucios y alternos «“probablemente herederos de una escucha atenta a Pixies- despedidos constantemente en forma de riffs enérgicos para hacer un collage con los sonidos incrustados en estudio, que en vivo interpreta la tecladista.
Cabizbajos, extremadamente delgados y con el pelo tapándoles la cara, apuestan a las canciones rápidas y paradójicamente positivas, ayudadas por un puñado de coros. Con una baterÃa veloz y un arsenal de canciones new wave logran una respuesta pegadiza. Canciones como Heard The News hacen que vos también termines confiando en ellos. Incluso la esperanzadora Coming True, que huye al envase general y toma una veta más interesante. Aunque no hay otra igual. Son 12 canciones editadas a principio de año que si bien no parecen seguir un concepto, construyen en conjunto un lindo set donde no falta nada ni sobra mucho. De a ratos no es posible definir cuándo concluye y comienza otra pieza, y eso podrÃa gustar. Un lindo disco al paso. Rápido, sin grietas y fluyendo en ese rejunte de cositas extraviadas a lo largo de toda una generación de bandas precedentes.
Previo a este álbum, en 2010, editaron un EP homónimo bastante más ruidoso y con menos pretensiones, donde canciones como Crystal Truth o Don´t Wake The Dead venÃan prometiendo mejores cosas.
–