Waxahatchee – Cerulean Salt

mayo 20, 2013



Para lograr cierto espacio y reconocimiento dentro del mundillo folk estadounidense, Katie Crutchfield tuvo que laburar y tourear bastante. Comenzó allá por mediados de la década pasada con P.S. Eliot, la banda que conformaba junto con, entre otros, su hermana gemela Alison. Clásica formación de tres chicas que toman la posta y un chico las sigue y hace sonar acordes sucios en su guitarra eléctrica, funcionaron como un sólido y exitoso proyecto hasta octubre de 2011 cuando se separaron «por haber alcanzando todas las metas creativas que se habían propuesto». Para ese entonces Waxahatchee ya existía, era una idea en la cabeza de la cantante, de intenciones solitarias y súper minimalistas. Todo esto se plasmaría en hechos concretos recién en 2012 con la edición de American Weekend, un registro casero de intensa intimidad, con ruidos de fondo, pero un aura espectacular que le dio el carácter de joya del género.

Con esos pocos pero valiosos pergaminos, la oriunda de Alabama subió la apuesta, el volumen y los parámetros de grabación para este año presentar una gran secuela: Cerulean Salt. Una reafirmación del estilo y la calidad de la artista.

La placa navega por estados emocionales, desde sensaciones de melancolía extrema hacia otras de libertad y euforia adolescente. Comienza con Hollow Bedroom y una nube de arpegios matizados por su voz (siempre bien al frente) que luego rompe en una lluvia de distorsiones. Para el segundo track las energías mutan por el galope de la batería, los repentinos riffs de guitarra y la particular melodía que habla de fondos de botellas vacías: así suena Dixie Cups and Jars. Lips and Limbs oficia de hit; de estilo country, es el paradigma de color y progresión de tonos alegres, como el soundtrack de una película muy soleada.

La presencia de una banda que la secunde, detalle del que carecía su trabajo anterior, le da el espacio vocal que ella utiliza casi a la perfección para expresar con lujo de detalle sus deseos. En Brother Bryan el hipnótico tándem batería-bajo lleva la canción por ritmos uniformes pero precisos, mientras que en Coast to Coast se genera un ambiente de rock alternativo noventoso con un acople final que desorienta con respecto al resto de las piezas del disco. Se destacan también las profundas letras, quizás a veces un tanto románticas (Blue pt.II), y otras veces un tanto intensas, como el caso de Swan Dive, en donde inmersa en una tortuosa relación le desea a ese otro «dejar de soñar con hacer el salto del cisne contra el asfalto». La tristeza también es tema central en Tangled Envisioning, You´re Damaged o Lively, lo que nos linkea casi de manera instintiva a Morrissey y el interrogante de Sheila Take a Bow: «How can someone so young sing words so sad?».

Waxahatchee suena cada vez mejor, o en realidad, Katie Crutchfield es quien logra esta evolución, producto de cambios de aire y enfoque propios. Con Cerulean Salt definitivamente tiene material como para seguir forjando su lugar dentro de la escena y poder diversificar y ampliar los oídos receptores de su mensaje.

DEGUSTACIÓN

WAXAHATCHEE: ‘Blue Pt.II’