Con su disco homónimo de 2012, estos muchachos demostraron con qué facilidad puede un artista desprenderse de la gran oleada de pretensiones vintage que a diario se incrementan en todas las ramas artÃsticas. Con la esencia necesaria para llevar la chapa occipital norteamericana, este cuarteto oriundo de Los Angeles ofrece el más puro aire californiano procesado con la base del tÃpico rasguido surfer de los 60s, mientras una primera guitarra se luce y disfruta de estremecer todo con la estridencia necesaria para que la voz a veces esté de más.
Los graves infladÃsimos del bajo asemejan a un contrabajo y muestra que mamaron mucho de la escuela de Dylan o Cash. Sumando panderetas, algunas teclas (de estudio, no para el vivo) y la voz desgastada -pero con tonada- de Miles Michaud, la banda además de activar la pista deja un mensaje y pone a cantar a un llamativo número de personas alrededor del mundo. El periódico The Guardian los elogió y algunas ciudades esperaron ansiosos su gira con un contundente sold out.
Nacidos literalmente en un «garage» conservan mucho del estilo y para plasmarlo en su disco y mantener el corte old school, grabaron en The Distillery Studio [Costa Mesa, CA], un pequeño estudio cubierto de equipos y artilugios de la época, de la mano del legendario productor Nick Waterhouse, una eminencia del género que ama la grabación analógica y supo encontrar el crujido perfecto para las canciones.
El estilo resulta 100% natural, probablemente como resultado de la crianza con discos atemporales, la forma en la que estructuran las canciones adquiere fluidez y atrapa. Las gemas del disco son No Voodoo y Busman’s Holiday. Sin registros en Wikipedia y editando versiones de sus canciones en vinilo, Allah Las es la banda recomendada para comenzar a mirar nuevamente hacia la costa oeste.
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