Black Rebel Motorcycle Club – Specter At The Feast

marzo 12, 2013



Luego de un silencio de casi tres años, la banda oriunda de San Francisco volvió a estudios para grabar un nuevo álbum, el séptimo en su vertiginosa carrera iniciada a fines de los noventa. En esta ocasión, el grupo presenta un trabajo más sensible, atravesado de comienzo a fin por la carga emocional resultante de la muerte del padre de Robert Been (bajista y cantante), ocurrida en 2010 en medio de un show que realizaban en Bélgica. Been fue el líder de The Call durante el apogeo del movimiento new wave de los años ochenta, y desde hacía varios años acompañaba a Black Rebel Motorcycle Club en sus giras como ingeniero de sonido.

En un punto intermedio entre el desenfreno del rock espacial y las guitarras hipnóticas y zumbadoras de B.R.M.C. (su primer LP, de 2001), y el carácter de intimidad acústica y arraigo con el blues, folk y gospel de su obra más singular (Howl, 2005), Specter At The Feast nos lleva por picos de densa distorsión y valles de profunda introspección musical. Fire Walker es el oscuro comienzo que propone este viaje, para luego darle paso al homenaje a The Call a través de una gran versión de Let The Day Begin, mucho más avasallante que la original. En Returning percibimos la tristeza del compositor a flor de piel, cantándole a su padre frases como: «Te seguiré hasta que todos podamos volver».

En este constante fluir de emociones transmitidas también hay espacio para reminiscencias como Hate The Taste, Rival o Funny Games, piezas que sacan a flote sus influencias iniciales (Jesus & Mary Chain, The Stooges, My Bloody Valentine). Del furioso rock titulado Teenage Disease, sobresale la lírica contestataria y rebelde («Prefiero morir antes que creer en vos»), un recurso que utilizaron en discos como Take Them On, On Your Own (2003) para separarse de la supuesta banalidad de los artistas que emergían junto con ellos en esa época (The Strokes, por ejemplo). Some Kind of Ghost y Sometimes The Light admiten la etiqueta de folk espacial, por su tempo cansino, las capas de sintetizadores que hacen las veces de telón y la voz susurrada con mucho reverb. Para el final, Lose Yourself predica y aconseja dejarse llevar y liberarse, ya lejos de los acoples y el rock de garage.

Con bajos muy presentes y desencajados, guitarras tan intimistas como agresivas y una batería más suelta, Black Rebel Motorcycle Club nos demuestra una maduración musical que les permite evocar a sus discos anteriores e incorporarlos a su sonido actual de una manera muy acertada.

DEGUSTACIÓN

BLACK REBEL MOTORCYCLE CLUB: ‘Let The Day Begin’