Christopher Owens – Lysandre

marzo 11, 2013



Uno podría estar horas hablando de mujeres: de aquellas que no nos dieron bola; de las que nos hubiera gustado robarles un beso, pero nunca nos animamos; de las que sí nos animamos y nos arrepentimos casi al instante; de las que nos enamoramos por una noche y de las que en una noche terminamos de enamorarnos por un largo tiempo. Todas y cada una de ellas pasaron a formar parte de la historia de cada uno. Pero mejor no entremos en detalles, ya que lo que nos convoca es un nuevo capítulo en la historia de Christopher Owens que tras anunciar el alejamiento de su banda Girls edita un disco solista que tiene como excusa, oh sorpresa, una historia de amor. Y si las mujeres son una constante en la carrera de este oriundo de San Francisco, no es raro que su primer disco solista lleve el nombre de una mujer: Lysandre

Y así como a veces el recuerdo de una muchacha se instala en nuestra memoria haciendo que caiga en un loop semi eterno, este disco abre con un breve tema cuya melodía se va a repetir a lo largo de los temas, dando la impresión de una obsesión de la que no se puede desprender. Es que estamos frente a un álbum raro, un álbum de transición nacido de la urgencia de sacarse algo de encima. Y de lo primero que se va a despojar es del ruido. Porque una característica que definía la música de Owens en Girls eran las composiciones crudas, donde las emociones eran trasmitidas con un sonido furioso y ascendente. En este disco, al contrario, las canciones rozan lo acústico. Ya la distorsión quedó de lado y lo que aparece es una instrumentación que se mueve entre el formato clásico de banda pop y la utilización de instrumentos como flautas, pianos y saxos. Lo que sí se va a mantener es la sensación de comunidad e intimidad que transmiten las letras.

Mezcla de confesión personal, con viaje musical, este disco de menos de 30 minutos nos relata la historia de la primera gira de este músico y del amor (y desamor) con el que se encuentra. Here We Go nos sitúa en tiempo y espacio: un avión que despega a Nueva York y una invitación a escuchar. A través de composiciones leves, donde coros femeninos se conjugan con flautas dulces, se va desplegando una historia de encuentros y desencuentros. Es que la música esta puesta para que la historia y las emociones se luzcan. Y así en temas como A Broken Heart y Lysandre, la voz de Owens encuentra la perfecta compañía en su guitarra y arreglos pastorales, para desplegar los detalles más íntimos de sus andanzas.

Pero el hombre no solo puede vivir de recuerdos. Y ahí esta Riviera Rock, tema instrumental que parece jugar a ser un reggae con influencias latinas, que termina llegando a buen puerto de la mano de ese coro femenino que repite el titulo de la canción.

Owens es consciente del riesgo que tomo con Lysandre. A pesar de las inseguridades que transmite en Love is in the Ear of the Listener What if everybody just thinks I’m phony?/ What if nobody ever gets it?»), la calidad de composiciones como Everywhere You Know confirman que tiene una enorme capacidad para convertir la complejidad humana en canción. Y la excelente Part of Me (Lysandre’s Epilogue) lleva a este álbum melancólico hacia un final a puro brillo. «You were a part of me/ That part of me is gone», Owens canta en una mezcla de tristeza y liberación, tal vez refiriéndose a medias a la chica en cuestión, a medias a su antigua banda. O tal vez hace referencia a esa obsesión de la cual nació este disco un tanto raro.

DEGUSTACIÓN

CHRISTOPHER OWENS: ‘Here We Go Again’