Foals – Holy Fire

marzo 1, 2013



Previo a su paso por Buenos Aires en 2011, el grupo de Oxford había visitado Australia y trabajó -sin planes compositivos- con Jono Ma (productor que les enseñó algunos trucos para su tercer disco de estudio). Sin embargo, Holy Fire fue concebido recién durante 2012, en Londres y bajo la producción de Flood y Alan Moulder, quienes también le aportan un sonido diferente y un trabajo admirable en cuanto a texturas, capas y rítmica.

De movida, este material los muestra más relajados, continuando la evolución sonora de Total Life Forever (2010), aunque cada vez más distantes de la furia de Antidotes (2008). Si bien hay canciones como My Number y Bad Habit que pueden invitarnos a bailar, este álbum pareciera estar pensado para escucharse sentado (en el sillón de tu casa o en el asiento de un auto). Los temas están más acolchonados, con un sonido dulce que nos prefiere relajadamente cómodos.

Por otra parte, hay momentos de mayor nerviosismo como en Providence o Inhaler, el primer corte del álbum, donde descubren un costado hardcore que sorprende, con la voz de Yannis Philippakis desgarrándose detrás de una cámara distorsionada.

Quienes disfrutaron de la bella Spanish Sahara, es posible que también gocen con, la ya mencionada, My Number y con Milk & Black Spiders. La segunda, a pesar de lo que el nombre pueda sugerir, es una linda canción de amor con arpegios efervescentes que van en aumento y te masajean dentro y fuera de los oídos.

Finalmente otro punto a destacar es la apocalíptica Moon. El fin del mundo fue uno de los temas del año pasado y Foals lo imaginó como un acontecimiento sereno y silencioso que vale la pena escuchar. Una atmosfera que, si se quiere, contrasta con todas las demás canciones que les conocemos.

En resumen, Holy Fire es un paso certero hacia adelante, hacia un futuro prometedor. Además, deja en claro que el impulso que la banda tuvo en sus comienzos no fue sólo hype publicitario.

DEGUSTACIÓN

FOALS: ‘Inhaler’