Jamie Lidell – Jamie Lidell

febrero 21, 2013



Jamie Lidell ha decidido titular su último álbum con su propio nombre. Seguramente porque éste significa una especie de renacimiento en su tan inusual y experimental carrera. Desde aquel lanzamiento de su primer EP Freekin The Frame en 1997, donde se mostraba un Lidell inmerso totalmente en la música techno, hasta el coqueteo que planteó años después con el pop y las raíces soul, el británico ha dado indicios de que siempre está dispuesto a explorar nuevos horizontes.

Jamie Lidell (el álbum) llega como una combinación de lo que su carrera ha ofrecido. Compuesto, grabado y producido totalmente en su estudio casero de Nashville, el disco sintetiza la mezcla de electrónica con pop-soul, añadiendo matices de funk por demás interesantes. Un proyecto ambicioso que el excéntrico artista supo llevar a cabo muy bien sin hacer grandes maravillas pero, aún más importante, sin saturar ni gestar inútilmente alguno de los estilos que quiso abarcar.

Sobre el disco ronda una gran influencia general de Prince, y comienza con I’m Selfish, una canción meramente pop con coros y ligeros sintetizadores. La voz de Lidell, como en todo el álbum, se encuentra siempre en la superficie y no se confunde jamás con las percusiones electrónicas ni todas las capas de trabajo incluidas. The Big Love nos remonta a algún track de Jimmy Jam & Terry Lewis con uso (y abuso) de coros y un bajo que insta irremediablemente a moverse con ritmo. En Why Ya Why se entremezclan los sonidos de pianos, sintetizadores y solos de trompetas muy bien metidos. Sin dudas, el punto más alto del disco es What a Shame: un bajo fuerte, cortes de electrónica y un estribillo pegadizo que se funde con los coros souleros.

El disco presenta un equilibrio bien hecho entre ritmos que pocas veces podríamos haber imaginado juntos. Jamie Lidell logró captar lo bueno de cada uno de ellos y los plasmó en un disco que es por demás correcto y recomendable, y que nos conduce a sonidos propios de los 80s pero amalgamados con tecnología moderna.

DEGUSTACIÓN

JAMIE LIDELL: ‘What A Shame’