Bob Dylan – Tempest

octubre 5, 2012

Bob Dylan

Tempest

2012 – Columbia

[8.0]

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Bob Dylan, el caminante de los mil caminos: eterno pasajero, esclavo de la ruta. El mismo que no se detuvo desde que dejó su Duluth natal a los 18 para no mirar atrás, en un andar eterno. La primera huella de ese andar data de 1962, con el homónimo debut. Cincuenta años después, ni más ni menos, llega Tempest. Y Bob sigue teniendo una cosa o dos para decir.

El nuevo trabajo de Bob sigue el sendero de los «nuevos clásicos» que comienza con Love and Theft (2001). El sendero de la música que Dylan guarda con cariño en su corazón. Parece que Bob revisitó su juventud y se trajo consigo a sus  ídolos, desde Hank Williams hasta Chuck Berry.

Cada una de sus canciones llevan las raíces más profundas de la Norteamérica perdida; bares de mala muerte en pueblos fantasma, gobernados por alcaldes corruptos. Pueblos abundantes en caminos de tierra, interrumpidos por las vías del tren; el progreso está en marcha y hay que adaptarse o pasar a mejor vida. «Si no funciona para vos, y bueno, deberá funcionar de alguna forma«. Es el imperio burlesque, es la Norteamérica de pre-guerra y Dylan es el frontman de una banda que va salón en salón ejecutando sus piezas más finas: doo woop, country, foxtrot, blues, rockabilly y puedo seguir.

Como dijera Sir McCartney: el camino es largo y sinuoso, y Bob advierte que no saldremos del recorrido sin cicatrices. Él está lleno de ellas, y de tanto en tanto nos muestra frágilmente sus heridas en momentos que resultan desgarradores (la muerte de su amigo John Lennon en Roll On John),  para volver al minuto a su cinismo característico y reírse de ellas. No ha cambiado en lo absoluto. Pero, en el recorrido,  estoy seguro que Bob encontró la sabiduría: la mística perla del camino de la que hablaba Jack Kerouac se le fue entregada. Pero, al igual que la ruta, esta historia no termina acá; más allá del herrumbre del tiempo, todo lo que queda por delante es camino. Y allá va Bob Dylan, dirigiéndose una vez más hacia otro destino.

DEGUSTACIÓN

SCARLETT TOWN