The Tallest Man On Earth – There’s No Leaving Now

julio 2, 2012

The Tallest Man On Earth

There’s No Leaving Now

2012 – Dead Oceans

[8.0]

.

.


Una inacabable marea de artistas folk nos está inundando el cuarto. Fleet Foxes, Kurt Vile, Tune Yards, etc, etc. Hace poco vino Bob Dylan a la Argentina y colmó todas las expectativas. En definitiva, nos está empezando a caber el folk a la norteamericana. Y no sólo nos pasa a nosotros. También le pasa a este sueco que se llama Kristian Matsson y se hace llamar The Tallest Man On Earth. Pero a él no sólo le gusta, sino que le nace de los dedos cuando empuña la guitarra. Dice que es su expresión natural la que está manifestando. No está tratando de imitar a nadie, mas allá de que haya escuchado a Bob Dylan hasta desgarrarse los tímpanos. Es él, su voz, su guitarra y la armónica, simbiosis que se produce entre ellas la que escuchamos. Matsson no necesita grabar su instrumento primero y las voces después para luego mezclarlo y arreglarlo todo. Para su tercer disco, sólo le hizo falta una toma por canción. Dice que no desperdiciaría jamás la oportunidad de mostrar la íntima relación que existe entre su canto y sus punteos. Esa es la única forma en que sabe hacerlo.

Pero mas allá de inscribirse dentro del auge folk que estamos viviendo, There’s No Leaving Now es un disco que conmueve en serio. Tanto a los amantes del folk propensos a ser conmovidos, como a los melómanos más poperos o electrónicos. Todos necesitamos un disco para bajar un poco de vez en cuando. Esos momentos donde escuchar música se vuelve religioso o terapéutico. Este disco es el antídoto indicado para relajar las cosas y soltarse a llorar un buen rato. O para asustarse de lo enamorado que uno está. O para rememorar todas aquellas cosas que nunca hicimos y siempre quisimos hacer. There’s No Leaving Now es un disco que te hace sentir el tiempo como lo siente quien vive una mañana soleada de invierno junto a un río de montaña. La angustia se transforma en dicha tan rápido como las nubes despejan el cielo.

En There’s No Leaving Now la voz es utilizada como un instrumento; hay momentos en que sólo ella es la que lleva la canción adelante y momentos en los que es acompañada por suaves rasgueos de guitarra. Y luego hay otros pasajes en que los rasgueos se vuelven complejamente bellos y la voz parece estar suplicando y padeciendo y, otras veces, parece ser el relato de un hombre viejo que cuenta aquella noble y sabia historia que va pasando de generación en generación. En el medio del disco encontramos la canción que da nombre al disco. Se trata de una balada, acompañada por un piano, que llega directo adonde tiene que llegar, por mas que tus sentimientos estén cauterizados desde hace mucho.

DEGUSTACIÓN

1904