Lisandro Aristimu̱o РMundo Anfibio

junio 13, 2012

Lisandro Aristimuño

Mundo Anfibio

2012 – Viento Azul Discos

[8.0]

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Escuchar un disco de Lisandro Aristimuño siempre implica transportarse a un universo particular. Esta vez creó su propio Mundo Anfibio, donde ratones, jirafas y golondrinas conviven con traidores y dioses, con el sistema solar, la bruma y la noche.

El quinto disco de estudio del músico rionegrino es tan sólido como sensible. Elefantes, el primer tema, funciona como aviso de lo que se viene. Tambores y gritos de guerra (o quejidos, tal vez) advierten la entrada a un paisaje sonoro complejo e intenso, graficado a la perfección en el arte de tapa. Un poco más urbano que los anteriores, combinará folk, rock, violines y otros sonidos impensados.

El concepto de anfibio, un ser que se transforma y se adapta a diferentes hábitats, se plasma en la voz de Aristimuño, que recorre los caminos conocidos pero también prueba, juega y nos hace parte de esa búsqueda constante de algo nuevo.

Además de incluir un cuarteto de cuerdas, el disco tiene invitados de lujo. Ricardo Mollo no solo canta en Un Dólar, un Reloj y una Frase Sin Sentido; también es el responsable de ahondar la desazón que transmite Traje de Dios, con sus acordes de guitarra. La bella voz de Hilda Lizarazu es perfecta para filtrar un poco de luz en Por Donde Vayan tus Pies. También participan en el disco Boom Boom Kid y Diego Frenkel, este último como asistente de audio.

A lo largo del disco, Aristimuño explora sus estados de ánimo acompañado de samplers y poesía («Voy preso por tus venas, soy cráter del ayer», canta en Cien Pájaros). Bucea en lo profundo; por momentos, vuela; se vuelve terrenal. Siempre habrá lugar para la sensibilidad y para espacios de serenidad reparadora. Algo es seguro: nuestros sentidos no serán indiferentes.

Lo mejor de escuchar un disco de Lisandro Aristimuño es dejarse llevar y descubrir sonidos nuevos cada vez que volvemos a pulsar play. Mundo Anfibio es una invitación a sumergirse en aguas que se oscurecen sin perder el resplandor.

DEGUSTACIÓN

TRAJE DE DIOS