Brett Anderson – Black Rainbows

octubre 18, 2011

Brett Anderson

Black Rainbows

2011 – EMI

[7.0]

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Si Brett Anderson en sus tres primeras placas se dedicó a explorar los momentos vacíos de las madrugadas de Londres cual Nick Drake contemporáneo, en este cuarto trabajo se aboca a ritmos más lumínicos.

Black Rainbows fue pensado como un volver a las raíces rockeras que supo cultivar en los 90’s al comando de Suede. Así, consigue ser más ruidoso y despertarnos del largo letargo al que nos había acostumbrado desde su debut solista en 2007. Los hermosos tonos de crooner de sus anteriores discos han sido reducidos al mínimo indispensable.

Las baterías de Unsung y luego los acordes de una guitarra distorsionada nos parecen ya raros (¿tanto tiempo pasó desde el último disco de Suede?). Y entonces comienza a cantar, lo que nos reubica en las obsesiones de trasnoche de Anderson. En Brittle Heart se suman a la guitarra y batería algunos arreglos orquestales y sintetizadores, pero lo suficientemente tenues como para no opacar la voz brillante de Brett. ¿La letra? Trata de él, ella, la noche, el loco amor, lo positivo de las madrugadas. Lo de siempre, y tal vez por eso, decidió que sea el primer corte de difusión.

Crash about to Happen consigue lo que no pudieron sus otros discos en solitario: el tema pop que puede sonar en las radios sin aburrir y sin traicionar el tono reflexivo en el que se sumió el ex líder de Suede. Otra canción a destacar es This Must Be Where it Ends, en donde las guitarras estallan en lluvia distorsionada pero no ruidosa (nunca hay ruidos molestos) en un buen estribillo que tiene lejanas reminiscencias a Picnic by the Motorway, del disco Coming Up (1996), de Suede.

Los temas van pasando volátiles y sin grandes sobresaltos hasta el último, Possession, en el que vuelve a caer en el melancólico crooner de bares en el que se había convertido. Tema delicado que va in crescendo por breves momentos, para luego apagarse con un toque de piano como quien aprieta un switch.

Con Black Rainbows, Brett Anderson logró lo que se propuso: hacer algo más movido y sin pretensiones de ser una obra consagratoria, como quien sabe sin hacerse ni un problema que sus quince minutos de fama ya pasaron en los 90’s.

DEGUSTACIÓN

CRASH ABOUT TO HAPPEN