Ponytail – Do Whatever You Want All the Time

junio 13, 2011

Ponytail - Do Whatever You Want All the Time

Ponytail

Do Whatever You Want All the Time

2011 – We Are Free

[7.2]

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Abocados de lleno a sus proyectos paralelos (Jeremy Hyman se unió finalmente a los japoneses Boredoms mientras Dustin Wong y Ken Seeno hacen foco en sus carreras solistas), y pese a que la separación ya era casi un hecho consumado, los oriundos de Baltimore Ponytail entregan lo que sería su último esfuerzo discográfico.

Surgidos a partir de un proyecto académico del Maryland Institute College of Art, los Ponytail definieron a través de sus dos primeros discos las bases de su sonido: dos líneas de guitarra entrelazadas y una batería galopante (no hay bajo), donde la voz de Molly Siegel (ingenua, errática, explosiva, abstracta, con frecuencia ininteligible) se concibe más como parte de una textura que como portadora de un mensaje. Repentinos cambios de estructuras, de volumen, de intensidad, de dinámica esculpen las canciones, donde en la mutabilidad y por sobre todo en la aleatoriedad reside su común denominador. En este orden de cosas, tanto la tapa (acreditada a Yamankata Eye de los citados Boredoms) como el nombre del disco parecieran reflejar el ethos del grupo.

Si bien Do Whatever You Want All the Time sigue girando en torno a estas premisas, percibimos que el sonido ha evolucionado, ha madurado. Los anteriores estallidos han sido encauzados, las contingencias sonoras devinieron melodía, y lo aleatorio, controlado. A partir del crescendo inicial de Easy Peasy asistimos a un colorido recorrido por la laberíntica arquitectura de las canciones, que a diferencia de sus discos anteriores, se hace de rígidas escaleras y calculadas aristas.

Si bien estamos ante un trabajo de jerarquía, nos queda la sensación de que, si la banda se había definido a si misma a través de las irrupciones guturales de su vocalista en un marco de imprevisible y explosivo art-punk, debiera profundizar esa línea en vez de controlar sus impulsos en pos de un sonido más acabado. Funcionaba mejor, para ponerlo en términos sarlianos, la audacia que el cálculo.

DEGUSTACIÓN

HONEY TOUCHES