EMA – Past Life Martyred Saints

mayo 27, 2011

EMA

Past Life Martyred Saints

2011 – Souterrain Transmissions

[8.5]

Disco Recomendado

Desde hace unos años los discos más interesantes de artistas femeninas los encontramos, más allá de contadísimas excepciones, en el mundo del pop y sus diversas variantes. De Britney a M.I.A, pasando por Fever Ray o Robyn, pocas veces hemos visto a una mujer valiéndose del rock para plasmar un disco que supere los lugares comunes o incluso empuñar una guitarra (salvo que sea en un video para que no nos olvidemos de qué se trataba eso de las seis cuerdas). Pero, para algarabía de los puristas,  parece que este año las cosas están cambiando: uno de los mejores discos del año ha sido editado por PJ Harvey y, en el rubro sorpresas otra mujer, la ex integrante del desaparecido dúo Gowns, Erika M. Andersson (EMA de ahora en más), se ha anotado con su disco debut en solitario, un revuelto de electricidad, estática y guitarras inflamadas que no pasa desapercibido.

Past Life Martyred Saints, que nos toma por sorpresa sin ningún tipo de hype, es una especie de diario íntimo inmediato y profundo con mirada intensa («deseo que cada vez que me toque me deje una marca«) y, por momentos, implacable («sé que nada dura para siempre, si no me amas alguien más lo har᫝) sobre el lado oscuro de las relaciones. Y como sucede en todo buen disco, ese espíritu se funde en atmósferas oscuras y palpables cargadas de estática, zumbidos de guitarras de fondo -como un My Bloody Valentine amateur-, jadeos entre las palabras y rasguidos de guitarras acústicas que parecen sangrar para dar forma a un disco personal y de escucha demandante.

Si bien es cierto que en este debut se reconocen rastros de la intensidad confesional de medianoche a lo Cat Power, la crudeza de bordes ásperos de la primera PJ Harvey, las melodías a punto de descarriar emocionalmente de Throwing Muses y la sugerente forma (in)expresiva y seca de cantar de Kim Gordon, lo de EMA no pasa por el tradicional ejercicio de reacomodar influencias; cuando dejamos de escuchar este disco lo que necesitamos no es pensar en las influencias que lo guiaron sino tratar de entender que es lo que sucedió en esos 46 minutos endiablados, ominosos y, a la vez, luminosos. Ese es, concretamente, el principal encanto de Past Life Martyred Saints: se va descubriendo en sucesivas escuchas y lo que comienza siendo una experiencia un tanto martirizada termina acercándose a una epifanía.

DEGUSTACIÓN

MARKED