Fleet Foxes – Helplessness Blues

mayo 9, 2011

Fleet Foxes - Helplessness Blues

Fleet Foxes

Helplessness Blues

2011 – Bella Union

[6.0]

.


Desde que los Byrds, allá por 1965, le agregaron arreglos vocales y guitarras eléctricas a Mr. Tambourine Man de Bob Dylan, el folk rock ha estado presente, con sus altibajos, en el panorama musical reinterpretando desde la ciudad la vida rural americana. Cuando salió bien fue un puente entre dos mundos, el rural y el urbano, pero cuando salió mal fue, simplemente, una caricaturesca visión idílica de lo que no se es.

El último aggiornamiento del género, que con bandas como Mumford & Sons y Stormoway vive un transitorio apogeo, ha venido de la mano del trabajo de hormigas del alt-country (quizás la versión más íntegra de todas), el free folk y, en gran parte, del folk de cámara y barroco del quinteto Fleet Foxes. Con su debut de hace tres años, que mezclaba en iguales cantidades Crosby, Still & Nash y The Band, los de Seattle lograron éxito de crítica (disco del año en varias publicaciones) y de ventas (más de medio millón de unidades vendidas).

En Helplessness Blues, el grupo liderado por Robin Pecknold -el cantante de registro agudo apto para coro de niños- entrega menos de lo mismo. A diferencia del debut donde de repente la música nos llevaba a las praderas y a los aromas de pinos y pastizales de la vida rural americana, este disco (a pesar de que la grabación y la ejecución son impecables y las canciones son agradables al oído) suena más bien a repetición de formas. La sensación que queda luego de escucharlo es la de una oportunidad desaprovechada para seguir forjando un folk contemporáneo luego del primer disco. Más bien se siente como un ejercicio de turismo de clase (como el de la protagonista de Common People de Pulp, esa estudiante griega millonaria que quiere vivir como los pobres aunque sea un día), como una nueva apropiación de aspectos de un mundo ajeno. Cuando se alejan de esa fórmula y se recuestan en la psicodelia del folk británico de los 60’s es cuando logran los momentos más interesantes.

Más allá de la belleza de formas, escuchar este disco es imaginarse a hipsters americanos, urbanos y veinteañeros, con abundante barba y look semi grunge idealizando, por un instante, la América rural perdida bajo las garras todoterreno del capitalismo mientras beben su frappuccino latte en Starbucks y leen un blog en sus i-Pads. Quizás la próxima.

DEGUSTACIÓN

HELPLESSNESS BLUES