Bill Callahan – Apocalypse

mayo 4, 2011

Bill Callahan - Apocalypse

Bill Callahan

Apocalypse

2011 – Drag City

[8.0]

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Hagamos un listado: solos de guitarra pirotécnicos, letras esclarecedoras, piruetas vocales, declaraciones escandalosas, tours globales con escenarios nunca antes vistos, trabajos con el productor de moda, experimentación con los géneros del momento, titulares en revistas especializadas del tipo «este disco cambiará la historia»… Bueno, si les gustan los artistas que tienen, al menos, alguna de esas características entonces no escuchen a Bill Callahan. Es que desde comienzos de los 90’s, bajo el nombre de Smog, Callahan ha dejado en claro su visión musical: economía de recursos, nada de aditamentos superfluos, intimidad, intensidad, misterio. En otras palabras, va directo al grano; lo suyo es la música, a secas (literalmente).

En su tercer trabajo solista Callahan vuelve, luego del más colorido y accesible Sometimes I Wish We Were an Eagle (2009), a sus tradicionales atmósferas despojadas y reacias que dejan en primer plano su resignación melancólica y esa frágil e imperfecta intimidad que hace que sintamos que en cualquier momento su característico registro barítono (que casi nos habla, nos cuenta y, a la vez, nos mira) se va a materializar a nuestro lado saliendo desde los parlantes. Sobre una base de country, blues y rock de los 70’s y arropado con sutiles y delicados arreglos de guitarras, teclados y armónicas que nunca se superponen (cada uno tiene su espacio para pintar una delicada pero perdurable acuarela), Callahan intenta darnos su visión personal del sueño americano y como terminó éste y, de paso, perfecciona su propio estilo.

Luego de escuchar los cuarenta minutos de Apocalypse la sensación que nos queda es, a pesar de su título sombrío, más bien optimista; claro está, optimista a la manera de Bill Callahan, que es uno de esos artistas atemporales que se explican en el marco de su propia obra. Y pensándolo bien, aunque les parezca que no les va a gustar, igualmente deberían escucharlo.

DEGUSTACIÓN

ONE FINE MORNING