Bright Eyes – The People’s Key

abril 12, 2011

Bright Eyes

The People’s Key

2011 – Saddle Creek

[7.8]

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Más allá de la decena de proyectos musicales que Conor Oberst acumuló en sus 31 años de vida, Bright Eyes ha sido siempre aquel que lo ligó de modo más transparente a las calles de su Omaha natal. De aquel trío acústico made in Nebraska «“ cuya formación se completa con Mike Mogis y Nate Walcott «“ salieron las composiciones que más tarde lo convertirían en uno de los príncipes mimados del americana, en estandarte siempre flameante de la cruzada del folk más terrenal, más ligado a las raíces musicales estadounidenses.

Cansado de las imágenes de una génesis marca polaroid y los sonidos germinales de la tierra que lo vio nacer, Oberst lanzó The People’s Key bajo la amenaza de que este sería el último álbum de la banda. «Parece que todo debe terminar en algún punto. Quiero limpiar, cerrar la puerta, decir adiós», se lo escuchó decir.

Contra toda expectativa, esta supuesta despedida, lejos de representar una nostálgica mirada a lo que fue, llevó a Bright Eyes hacia nuevos senderos. Tal vez el doble lanzamiento en 2005 de discos tan disímiles como I’m Wide Awake It’s Morning y Digital Ash in a Digital Urn, fue el preámbulo de lo que vendría más tarde: el concubinato entre esa dulce tradición acústica y un rock sintético-electrónico más contemporáneo. The People’s Key da aún un paso más, sumergiéndose en la experiencia de la religiosidad sci-fi: los ecos cósmicos de Aproximate Sunlight, la melancolía espectral de Ladder Song y esa intro futurista de Firewall que tan bien le habría sentado a un genial Dennis Hopper en la labor de recitar, como ya lo había hecho con Fire Coming out of the Monkey’s Head de Gorillaz.

Y si seguimos en la línea de la ciencia ficción y los primates, la historia de Bright Eyes nos lleva hacia su propio bautismo, cuando un Conor adolescente se vio interpelado por  el afectuoso apodo que recibe Charlton Heston aprisionado en El Planeta de Los Simios. «Ojos brillantes» es lo que había estado buscando. Tal vez lo sci-fi no estaba tan lejos del inicio.

Aquella amenaza que se oía en los albores del lanzamiento del disco parece haber entrado en un proceso de difuminación. Ya no se lo escucha a Oberst hablar de clausuras y cierres. Es que, al parecer, Bright Eyes -con sus mutaciones y resistencias- es un proyecto al cual, como casi todo lo que verdaderamente marca en esta vida, vale la pena mantenerse aferrado.

DEGUSTACIÓN

SHELL GAME