Sufjan Stevens – The Age of Adz

diciembre 9, 2010

Sufjan Stevens - The Age of Adz

Sufjan Stevens

The Age of Adz

2010 – Asthmatic Kitty

[9.2]

Disco Recomendado

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Cuando creíamos que ya lo habíamos escuchado todo, convencidos de que la música actual simplemente se basa en un constante reciclaje de materias primas demasiado masticadas, aparece un disco como The Age of Adz para cerrarnos el pico y demostrarnos que no, que por suerte aún queda mucha tela por cortar.

El banjo que otrora fuera el pilar del aclamado Illinoise (2005) sigue colgado desafinándose mientras Sufjan Stevens no para de conectar cables y aparatejos a su imponente arsenal electrónico. Como ya anticipó hace apenas unos meses el EP All Delighted People, lo digital vuelve a la carga (recordemos que casi una década atrás Enjoy the Rabbit disparaba instrumentales de una minuciosidad retorcida digna de las filas del sello Warp) para combinarse con esos arreglos orquestales que tanto le gustan al norteamericano. ¿El resultado? Un sonido fresco, único e inclasificable.

Fluctuando entre lo grotesco y lo delicado, cada canción es un mundo de sensaciones que sacude al que se anime a escucharlo. Hay de todo: vientos, violines épicos y coros de todo tipo que engrandecen el sonido hasta niveles bíblicos, flautas traversas que nos insertan en un cuento de hadas o en una aldea celta (Vesuvius), pulso desquiciado cuasi  drum n’bass (I Want to be Well)… Ah, y también Impossible Soul, un tema de casi media hora que en realidad son cinco canciones en una donde podemos encontrar solos de guitarra setentosos, voces autotuneadas, cantitos tribuneros y más ideas que en la discografía entera de muchos.

Se le podrá criticar a The Age of Adz su avasallante ambición, su majestuosidad al borde del ridículo y la exigencia que requiere su escucha,  pero está claro que se trata de un material que desborda talento, creatividad e innovación. Esas son las premisas de Sufjan Stevens, un tipo que además tiene los huevos suficientes para cagarse en las ventas, los hits y demás demonios comerciales devolviéndole así a la música su ya casi perdido estatuto de arte.

DEGUSTACIÓN

I WALKED