Liars – Sisterworld

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En su quinto álbum, el trío explosivo deja de lado los experimentos rítmicos y la esquizofrenia estilística de trabajos anteriores para profundizar ciertos sonidos y sumergirse conceptualmente en las cloacas de Los Angeles.

El recorrido que propone Sisterworld no es para nada agradable, en ningún sentido. Musicalmente reinan atmósferas oscuras, cargadas de tensión y ansiedad que generan la sensación angustiante de algo contenido a punto de estallar (y a veces pasa, como en las estampidas inesperadas de Scissor). Y las letras no se quedan atrás, incluso refuerzan aún más tan sombrío panorama.

«Los bienes de la vida pueden ser divertidos/contando víctimas una por una» canta Angus Andrew en Here Comes All The People, entre múltiples susurros y una melodía persistente que parece emular la mente insana y paranoica de un homicida. En Scarecrows On A Killer Slant, una ráfaga entre punk y noise marca de la casa, se desgarra a gritos: «¡Hay que matarlos a todos!», como única manera de salvar a la gente de su estilo de vida. Drip nos pone los pelos de punta con versos sobre una enfermedad que crece piel adentro, acompañados de una música opaca, ahogada bajo varias capas sonoras, aumentando la sensación de lo maligno latente.

Bastante más accesibles resultan las melodías de No Barrier Fun y Proud Evolution, cuya cadencia y estilo vocal recuerdan a There There y The Gloaming de Radiohead. (De hecho, ese tema fue remixado por Thom Yorke para el disco de remezclas de Sisterworld que se editó recientemente).

Sisterworld es un disco incómodo, difícil, y fue creado con esa intención. Después de todo, una obra que denuncie la hipocresía y la mediocridad del ciudadano estadounidense medio no podría caer en la tentación de ofrecer hits instantáneos y vacíos. Y es en esa coherencia y lucidez donde radica la fuerza de Liars.

Degustación:

Proud Evolution

ytaudio(-Jn7-KuRdDU)

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