Rats (What Will We Be) – Devendra Banhart

diciembre 11, 2009

Dando un giro a su faceta experimental, Devendra Banhart se sumerge en una atmosfera de armoniosas sintonías, diversas gamas de estilos, y un regocijo personal implícito en todas sus canciones. Marcando otro vuelco, en contra de lo que sus fanáticos y el sentido común esperarían, cuando la mayoría de las bandas pretenden alejarse de los grandes sellos discográficos, abandona XL y firma con Warner para editar su nuevo material. No obstante, sin importar los ideales o principios que cualquiera pueda tener, este cambio parece sentarle bastante bien.

what will we be - devendra banhart

What Will We Be presenta a Devendra Banhart con un sonido propio, mas fresco, limpio y mejorado, donde una alegría implícita pareciera sobrevolar a lo largo de los catorce temas. Desde el comienzo con Can’t Help But Smiling, donde hace una apertura que nos lleva a dar un paseo cuasi edénico, hasta el final con Foolin’, pasando en el medio por un prado de diversos colores y matices, en los que se entremezclan los tintes de ritmos latinos, folk, jazz, neo-psicodelia, y detalles de un rock contemporáneo.

Y para seguir con las particularidades, en este caso optó por mantener la misma formación de su disco precedente, exceptuando al productor. Así, evitando caer en convencionalismo y nombres que resuenan por todos lados, se fue a buscar a la Isla de Wight para encontrarse con Paul Butler, el miembro de The Bees (también conocidos como A Band Of Bees). Hecha la selección se dispusieron a grabar en una remota casa en las afueras de California, escenario que se ve reflejado en las sensaciones que se dispersan a lo largo de las pistas.

Y como suele suceder con el artista, el disco se torna difícil de categorizar, y hasta seria injusto intentar clasificarlo o ponerle una etiqueta, ya que la libertad y la diversidad parecen definirlo. Son los casos de Baby o Goin’ Back, donde a través de diversas capas de guitarras y algunos simples arreglos, se conforman dos primorosas melodías al mejor estilo de la costa oeste norteamericana. Pero sin previo aviso nos nubla el cielo de este escenario de sonrisas y cuerpos que caminan bajo un radiante sol, para asentarnos en estructuras mas oscuras, entre canciones como First song for B y Last Song for B, donde se confunden el amor y la desesperación, entre frases como «Now I take everything as a good sign, because I’m in love» y «Please destroy me».

Es inevitable, en este compacto heterogéneo, caer rendidos ante ciertos casos donde las canciones mismas toman caminos divergentes e impensados. Ya sea Angelika, una suave melodía folk que parece desaparecer y vuelve transformada en una incitante danza entre ritmos latinos y una voz que fluye a través de las palabras en español. O en Chin Chin & Muck Muck, donde parte con un piano y una base de jazz, que de a poco se torna una animada y placentera cortina de guitarras y percusiones que bailan casi sin sentido alrededor de su dramatizada voz. Así también, a mitad de camino, surgen ciertas «rarezas» como 16th & Valencia Roxy Music, que varía entre los tiempos marcados de T. Rex y el pop electrónico mas contemporáneo. O la misteriosa Rats, que desde la música recuerda cierta mística de Led Zeppelin, y alterna entre las voces más aledañas al funk, y otras que se arriman a provocadoras entonaciones, que parecen ser un intento de crear un puente entre Scott Walker y The Doors.

Y así se va construyendo el camino de este álbum, un recorrido de sorpresas inesperadas, de altos y bajos, y de mareos también. En los últimos temas vuelve a tomar otro giro y se dibujan momentos de calma y serenidad, con canciones claves como Maria Lioza o Meet Me At Lookout Point, donde la frescura del disco no se pierde, si no que alcanza otro nivel. Pero finalmente la alegría y el delirio festivo resurgen en Foolin’, para despedirse desde algún destino paradisiaco con un reggae que nos coloca en una idílica posición, y con la frase «one song at a time / one day at a time» nos deja una marca implícita que casualmente seguiremos escuchando aunque el parlante ya haya dejado de sonar.