The First Days of Spring – Noah and the Whale

octubre 23, 2009

Después de romper con Laura Marling (ex corista de la banda), Charlie Fink enterró la felicidad exasperante del primer disco para darle voz a su corazón roto en once gritos de desconsuelo pero también de esperanza.

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«No creo que esto sea el final/ pero sé que así no podemos seguir». Charlie Fink, el joven líder de Noah and the Whale, repite estos versos en dos de las canciones de The First Days of Spring e ilustra a la perfección esa especie de purgatorio sentimental en el que se encuentra atrapado: la sensación de estar en un «ni» insulso, de no saber qué onda, ni cómo hacer para salir adelante. Nada más angustiante que la incertidumbre y la impotencia.

Estas emociones atraviesan el disco de principio a fin conformando un recorrido íntimo por la mente de alguien que acaba de salir de una relación bastante maltrecho. La música acompaña estos lamentos pasando del indie folk alegre e ingenuo de Peaceful, The World Lays Me Down (2008) a un pop de cámara taciturno y melancólico, con arreglos sencillos de piano y cuerdas, en la línea de Smog, Lampchop e incluso por momentos Sigur Rós (la intro del tema que le da nombre al disco remite directamente a la banda islandesa). A su vez, la profundidad del registro barítono de Fink se adecua mucho mejor al tono de este tipo de canciones, dándole mayor relieve y expresividad a sus letras.

La capacidad de Fink para ponerle música a sus emociones es innegable. En la monumental My Broken Heart la melodía triste pero amable hacia el final se va transformando, mediante distorsiones de guitarra, en una explosión de bronca y amargura al concluir que «a mi corazón lo han roto y ahora no hay nada que puedas hacer». Por otro lado, los coros soleados y el ritmo más campante de Blue Skies indican que se trata de la canción de la recuperación, de salir adelante: «Esta es la última canción que escribo/ enamorado de vos».

El pico máximo de optimismo llega con Love of an Orchestra, con Fink cantando que sabe que nunca va a estar solo porque lleva canciones en la sangre, escoltado por un coro sinfónico y un ritmo galopante tipo cruzadas de medioevo. Por el manejo de climas y sonoridades, este tema y los breves instrumentales que lo acorralan tienen un alto componente cinematográfico y está claro que fueron compuestos con esa intención ya que The First Days of Spring en su versión de lujo incluye un film de 45 minutos con el mismo nombre, también dirigido por Fink.

Es difícil considerar este disco como un paso adelante respecto del anterior ya que son dos trabajos completamente diferentes, y sobre todo para momentos y humores diferentes (aclaro que no es apto para alguien que acaba de terminar una relación en malos términos, a menos que se quiera tirar por el balcón). Lo que es seguro es que esta veta más intimista y sombría es un camino por demás interesante en la evolución y crecimiento de la banda y sus integrantes. Después de todo, nadie dijo que crecer era fácil.