Horehound – The Dead Weather

agosto 16, 2009

El polifacético Jack WhiteThe White Stripes, Raconteurs y alguna cosilla solista- nos presenta a su nueva banda mediante su primer larga duración. The Dead Weather se llama el grupo donde el otrora guitarrista troca las seis cuerdas por los parches y complementa este segundo plano dándole la voz cantante a la otra arista importante de Horehound, su primer álbum en estudio: Alison Mosshart, la cantante de The Kills, es tan responsable de lo que allí se escucha como el propio White.

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¿Por qué decimos esto? Porque la voz de Mosshart parece ser -a la luz de lo expuesto en Horehound– el complemento perfecto para la idea que White y sus compañeros en esta nueva aventura Jack Lawrence (bajista de los Raconteurs) y Dean Fertita (guitarrista, de Queens Of The Stone Age) tenían cuando pensaron en reunirse: una banda de garage sucia, casi pantanosa, altamente climática y oscura. Mosshart es, ya desde el arte de tapa, la estrella de The Dead Weather: sus gritos, susurros, chillidos y suspiros le dan una variedad verdaderamente asombrosa de trucos a esta chica que no había demostrado demasiado en los Kills pero que aquí se destapa y lleva Horehound a otra dimensión.

Esta tendencia parece ser a todas luces intencional: cuando Mosshart y -en menor medida- White entonan las variadas canciones que trae este álbum (entre ellas un heterodoxo cover del Bob Dylan circa 1978, New Pony -de Street-Legal– y un interesante instrumental, 3 Birds) la música pasa a un saludable segundo plano (sí, como el de White). Sin por esto perder brillo -de hecho las guitarras de Fertita, con sus distorsiones extrañas y riffs recortados, son en buena medida el armazón de Dead Weather– así permiten que los climas sean creados por la versatilidad de los vocalistas. Esto origina una identificación inmediata y un paisajismo muy particular y tangible: la banda parece estar tocando en un barsucho de mala muerte, casi un saloon, para veinte borrachos que se debaten entre prestarles anodina atención o desfallecer en las mesas, atiborrados de whisky barato.

Por eso quizás la intensidad de Horehound no radica en ser un álbum demasiado ruidoso, distorsionado y pesado sino fuertemente ambiental; y es en ese ambiente en el que nos introducen en el que su música actúa como un explosivo crescendo -chequeen si no So Far From Your Weapon, una incitación permanente a un estallido catártico- hasta lograr su cometido. No es la música precisamente lo que destaca de los Dead Weather sino otra cosa, algo que demuestra el indeleble sello de White en este disco como en todos los que participa: la consecución exacta de aquello que va a buscar, la inteligencia suficiente como para hacer propio cualquier código. Ya sea el del blues del Delta (White Stripes), el rock del 2K (Raconteurs), la música de películas (Another Way To Die), el country (Van Lear Rose, tremendo disco de country que le produjo a la gran Loretta Lynn en 2004), Jack White demuestra que entiende como nadie el rock actual y siempre, pero siempre, sale airoso.

Horehound no es la excepción: si no saliste absolutamente asfixiado de la experiencia de escuchar los alaridos de la Mosshart, las guitarras chirriantes de Fertita y la granítica base de White, evidentemente no estás listo para la experiencia Jack White. Y qué lástima, porque si se busca un tipo que pueda «salvar» al rock -y si es que el rock tiene salvación, claro- este muchacho de Detroit está primero en la lista de candidatos. Están avisados.