Cuando odiás a tu ídolo / cuando la banda que te gusta se vuelve masiva | CELC #16

mayo 28, 2025

Si la adolescente que supe ser leyera esto que estoy por escribir, me caga a piñas. 

 

¿Notaron que Santiago Motorizado últimamente está hasta en los ringtones? Santiago Motorizado en un stream, Santiago Motorizado saca un tema con Dillom, Santiago Motorizado en la banda sonora de la serie de moda, Santiago Motorizado cantando Cristian Castro, Santiago Motorizado en un tren.

¿Qué tiene de malo, dirán? absolutamente nada. Santiago es una persona de bien, un tipazo. Talentoso y divino, creador de algunas de las canciones más importantes de mi vida. Por si alguien todavía vive en un tupper, Santiago es el líder de El Mató a un Policía Motorizado. 

Soy una snob de mierda. Lo sé y lo reconozco. Ya lo dije mil veces: Me molesta que las cosas que me gusten les guste a otras personas. Siento que no son dignos, no se las merecen. Las bandas que me gustan son tan importantes para mí que dudo que otra persona esté a la altura. ¿Insoportable? Obvio. 

En mi top 5 de bandas está El Mató. Banda importante para mi biografía si las hay. Para escuchar El Mató tenía que gustarte Sonic Youth de alguna manera, conocer Guided by Voices, saber lo que era Embajada Boliviana, llorar con Pavement. Entender esas letras tan depresivas y a la vez hermosas. Emocionarte con guitarras distorsionadas y con un buen bajo. Tenías que haber vivido tu adolescencia post Cromañón o haber visto bandas en antros para entenderlo. El sonido de Elmató era un sonido único para nosotros los indies o los gordos shoegazeros, no lo escuchaba todo el mundo.

El Mató es una banda que amo desde sus inicios pero que las últimas veces no paró de romperme el corazón por no ser lo que eran. Uno puede decir “¿cómo pretendes, estúpida, que una banda que tiene 20 años o más siga siendo lo que era o haciendo el mismo sonido que en ese entonces?” y es verdad, no pueden y sería muy estúpido de mi parte pedirlo. 

¿Qué me pasó con El Mató? Que se volvió una banda masiva. El público se diversificó, se cornudizó, se llenó de fans. Cambiaron sus guitarras distorsionadas y sus letras drogadictas por sintetizadores e himnos para minitas.

Entonces, ¿qué pasa cuando la banda que te gusta se vuelve masiva?.

Como toda banda masiva tiene detractores, haters, pero yo no era de esas, era defensora acérrima de lo que estaba convirtiéndose El Mató, festejaba sus triunfos. Hasta que no pude más. 

Las últimas veces que los vi me indigné, pero no lo hice porque hayan agotado fechas festejando los 20 años de su primer disco, o porque sacaran un disco para celebrarlo tocando de nuevo esas canciones dejando toda la distorsión atrás. Me indigné por lo que se había convertido el público El Mató.

Cuando tocaron en el Luna Park hace dos años, decidieron pedirle a la gente que prenda los celulares en una canción. Ese fue el momento donde me morí de cringe, me morí de vergüenza, eso es algo que hace Coldplay, no El Mató. 

Los gordos shoegazeros que los consumimos sabrán entender lo que estoy diciendo. Lo que me pasó fue que me di cuenta que era una banda que había cambiado, que ya no me interpelaba y eso me me bajoneó mucho. Pasó algo similar con Babasónicos y el quiebre Jessico: Los oyentes de El Mató nos dividimos en pre la Dinastía Escorpio y en post la Dinastía Escorpio .

Es ilógico pensar que en 20 años una banda no va a cambiar teniendo en cuenta simplemente que su producción es mejor, que madura, que entiende lo que quiere el público. El Mató es de las pocas bandas que se hicieron masivas en los últimos años, no hay muchas bandas argentinas que lograron lo que ellos. Pero ya no son más los chicos de La Plata fanáticos del Lo-Fi y no está mal tampoco, es lo que es y punto.

Sería muy hipócrita si me enojo con ellos por cambiar porque yo tengo 30 años y también cambié. Lo que me pasa es que la nostalgia siempre pesa y sigo creyendo que todo tiempo pasado fue mejor. Y cuando voy a verlos y estoy rodeada de treintañeros o cuarentones que que van demasiado lookeados o cuando veo en tiktok a una chica haciendo un get ready with me para ver El Mató y mostrando lo que se pone, me indigno porque eso nunca fue lo importante a la hora de ir a verlos. 

Lo importante era otra cosa, lo importante era lo que la música transmitía, lo importante era verlos en un antro, lo importante era que sonaran horrible y estaba bien que sonaran horrible, porque eso eran. Y ahora ya no es más horrible, ahora El Mató suena increíble. Te puede gustar o no, pero es una banda que vale la pena ver, suenan muy bien, pero es un problema para la gente como yo. Es un problema porque te rompen el corazón. 

No quiero compartir mi banda preferida con la peor compañera de secundaria que tuve. No quiero un sonido popero bien pulido. Quiero guitarras distorsionadas, quiero letras sin sentido.Quiero cerrar los ojos, tener 15 años y que mi subnick de MSN sea escupime y que solo lo entiendan unos pocos. Quiero no ser la persona insoportable que soy. 

Hace unos años en la época de las cancelaciones (rip Pez) salió una página que se llamaba “tu ídolo es un forro”, era un raconto de personas canceladas y qué habían hecho para convertirse en forros. 

Mi ídolo no es un forro, mi ídolo es la mejor persona viva que existe. Mi ídolo es simpático, talentoso. Pero mi ídolo se volvió un ídolo masivo. Y esta persona que soy no lo puede soportar.