Julio Breshnev: «No quería que fuéramos una banda exitosa»

junio 19, 2020

Vetamadre es una de las bandas de culto argento que mejor se conserva en la actualidad. Mientras muchas de las contemporáneas a sus comienzos dejaron de existir, ellos parecieran afirmarse cada vez más en su trayectoria. No es que el reconocimiento les haya llegado tarde, porque Julio Breshnev conoció las mieles del éxito a temprana edad con su banda adolescente de new wave, Cosméticos. Mientras que a su vez, en su tercer disco contaron con la colaboración de Arnedo y Mollo (nada más y nada menos). Es decir, que siempre estuvieron bien plantados en la escena, pero en los albores de la MTV nacional, lo que reinaba era el Rock Chabón o su vertiente más rioplatense. Los discos conceptuales en los que se aventuraba Vetamadre no parecían ser la comidilla de la prensa especializada. 

Pero como el tiempo pone las cosas en su lugar, hoy Vetamadre cuenta con el un absoluto reconocimiento entre sus pares, sus recitales son cada vez más multitudinarios y siguen conquistando corazones que huelen como espíritu adolescente. ‘Coca’ Monte (bajista y productor) es hoy uno de los aliados fundamentales de Juana Molina – a quien amamos profundamente – y Julio Breshnev es una de esas voces que viene resonando en nuestras cabezas hace dos décadas, por su notable versatilidad. Arriesgaría decir que es una de las mejores del nuevo milenio, si de rock nacional hablamos. Por eso siempre es bueno tener la oportunidad de robarle unos minutos.

«Tengo la televisión / Alguien en la red y un celular / Pero ya no hay conexión / Soy como una isla«, cantás en ‘Veta Madre’ (el tema) y se me ocurre hacerte una pregunta que se la hicieron a otro artista que también tiene ese postura de alerta en cuanto al avance de la tecnología en nuestras relaciones sociales. La pregunta es: ¿Qué se siente estar en lo correcto?

Ese tema es de una época en que muchas de las realidad que tenemos hoy no existían, así que me parece medio premonitorio. Pero es como decía Sabato, que el futuro es una abstracción del pasado. Siempre todo es lo mismo pero cada vez más abstracto. Yo creo mucho en eso. No me gusta denominizar la tecnología ni endiosarla. Voy tomando todo lo que la vida va proponiendo y buscándole la vuelta para que sea lo más armoniosamente posible. Aunque se sufre vivir en una ciudad de gente sin caras y con la tecnología a tope. Es algo que lo sufrís y lo compartís. No sé si hay un lado correcto.

A quien se la hicieron fue a ThomYorke, por eso creía que también venía al caso hacértela a vos.

Wow.

Entiendo que esa postura es de alguna manera en la que te mete el rock, un estado de alegría y frustración.

Sí, totalmente. Ponés canciones tristes para sentirte mejor. Hay un lugar muy poético donde uno puede redescrubrir el mundo desde otro lugar y que haya sufrimiento en eso. Si hay sufrimiento en el amor, significa que en todos los planos va a ser de la misma manera. De todas maneras, a mí el Rock Panfletero no es el que más me engancha, pero en todos los aspectos del rock siento que tiene que estar implícita esa cosa de no dar el brazo a torcer antes de repreguntar. La rebeldía no es porque sí. El artista tiene que estar un poco en contra de lo que todos creen porque sino estamos fritos como especie.

Vetamadre logró lo que pocas bandas consiguen que es traspasar su generación y seguir llegándole a los nuevos adolescentes. ¿En qué creés que se basa eso? ¿En lo que se vive en los recitales, en las letras que como decías antes parecen seguir siendo actuales, en el sonido de la banda que no tiene muchas otras similares?

¡Uf. Qué pregunta! No tengo idea. A veces pienso como que Vetamadre trascendió. Los primeros discos son tan conceptuales en ese sentido. Yo siempre soñaba con que conectar con la gente que le gusta tu música sea una conexión de verdad. Yo veo eso mismo que ves vos, me veo reflejado en vos. Creo que el que escucha Vetamadre te lo cuenta de esa manera.

Con Cósméticos ustedes la pegaron con ‘Uh Na Na’, girando por el país, sonando en las radios y decidiste bajarte de un caballo que todos quieren montar. ¿Con Vetamadre cuando empezaste a sentir que otra vez estaba sucediendo eso de «pegarla»? 

Nunca lo había pensado así. Yo tenía un flash como de no pegarla, no quería que fuéramos una banda exitosa. Pero creo que hubo un momento. Un día fuimos a un show en Claromecó e hicimos el show de siempre, cerramos con ‘Ruido del Mundo‘ y cuando terminó el tema la gente empezó a cantar el estribillo. A partir de ahí fue siempre que terminábamos con ese tema, la gente como que se quedaba con ganas de cantar el estribillo y lo empezaban a cantar. No sé si porque lo compusimos mal o qué, jaja. Pero ese fue un momento muy íntimo para nosotros.

En el último tiempo incluyeron un par de colaboraciones como las de «Corvata» Corvalán y la de Marilina Bertoldi. ¿Cómo surgieron esas colaboraciones y por qué decidieron incluir esas voces externas a la banda?

En realidad siempre tuvimos colaboraciones, pero siempre le esquivamos a la utilización del invitado. Siempre vino gente que estaba conectada con Vetamadre por algún lazo. Como cuando vinieron Arnedo y Mollo, no aparecen en los cortes del disco. Siempre fueron apareciendo amigos de la ruta del rock. Es lo que pasó con Corvata. «Coca» Monte había grabado una vez un tema a dos bajos con Arnedo y entonces dijo, «¿No podré grabar uno a tres bajos?». Así fue como invitamos a grabar a Brenda Martin (Eruca Sativa) y a «Corvata» (ex-Carajo). Pero esa vez él sólo vino a grabar el bajo y me ayudó a revisar la letra. Yo ahí dije, «este es un ser de luz«, porque es maravilloso.

¿Cómo lo convencieron finalmente de que cante?

Un día vino «Coca» y me dijo ‘Corvata me preguntó qué cuando venía a cantar ¿Qué tema va a cantar?’ No teníamos un tema que encajara bien y no sabíamos cuál decirle. Hasta que el último día de grabación, yo tenía un riff del que armamos un tema y dijimos este es el tema para que lo cante. Vino escuchándolo mientras venía al estudio y cuando llegó nos sugirió meterle algunas cosita y quedó.

¿Y con Marilina?

A Marilina la fui a ver una vez a un show suyo y cuando fui a saludarla al final del recital, le di un abrazo y le propuse grabar algo algún día y ella me dijo que sí, de una. Entonces como estábamos trabajando con Gabi Pedernera (baterista de Eruca Sativa) en la producción, le dije de invitarla y él me sugirió que la dejemos a ella elegir el tema que quiera grabar. Así fue como ella vino, escuchó todas las canciones, eligió ‘Veta Madre’ y la verdad es que no podría haber sido mejor.