Qome: «Fuimos encontrando un lenguaje en común»

septiembre 13, 2019

Qome es una de las propuesta más genuinas de la escena porteña y – a diferencia de lo que suele suceder actualmente, donde a partir de un disco se consigue atraer gente a la sala de conciertos – se ganaron un nombre por sus presentaciones en vivo. El formato de la banda es llamativo desde lo visual porque comenzó como un dúo de guitarra y sitar, luego fue sumando elementos hasta convertirse en un cuarteto y hoy en día están definidos como trío (con un bajo completando la trilogía). Su música atraviesa pasajes dispares y ofrecen un recorrido sombrío y tribal que invita a la meditación y a la danza. Como un aquelarre sonoro que te induce a entregarte a la experiencia sonora.

Este año presentaron un nuevo EP titulado Wueya y, anticipándonos a lo que será una serie de conciertos en una de las salas-estudio más pintorescas de Buenos Aires, hablamos con Alan Suez, el representante de los sonidos hindúes dentro de la banda, para saber más de esta unión musical que no reconoce las fronteras de los géneros musicales y emprende su búsqueda con lenguaje propio.

¿Fuiste a la India vos, no?

Hace 3 años estuve la última vez y hace 5, la primera. Fui dos veces.

¿Tener un proyecto como Qome te pone un a estudiar un poco sobre la métrica, las afinaciones, las escalas de la música hindú?

Sí, por suerte sí. En Qome tratamos de hacer canciones cantadas con arreglos de Sitar, pero el hecho de tocarlo en la banda me exigió el estudio del instrumento y eso me llevó a la música para la cual está hecho, que es la música clásica de la India; y con el tiempo fue creciendo en mí: ganas de escucharla, tocar y estudiarla. Ahora le meto bastante. Eso le suma a Qome una cualidad oriental. Pero también con Joaco, en principio, generamos un lenguaje en común. Él también usa una afinación especial en la guitarra, que no se la escuché a nadie más, así que medio que la desarrolló él. Yo tuve que adaptarme a eso. Entonces, generamos un híbrido que no está en la guitarra clásica ni en la música de la India. Fuimos encontrando un lenguaje en común.

Hace poco Thom Yorke comentó que para él era un desafío tocar canciones como ‘Videotape’ por la complejidad de su rítmica y cómo debe ser cantada. En Qome me parece percibir eso también, ¿es así?

Sí, eso nos encanta. Siempre tratamos que tenga algo diferente, de otra cualidad. Cuando yo encontré que el sitar por ahí no era suficiente, me puse a tocar sintetizadores. Ahora estoy tocando más eso, con máquinas de ritmos, más electrónico, que también me gusta hacer, y quizás en un tema prefiero no tocar el sitar e ir probando por ahí.

Eso que le aportaste les dio una dinámica distinta de los shows y creo que les abrió una puerta a un costado más electrónico, ¿no?

Lo que pasó es que nosotros tocábamos en formato cuasi acústico al principio, después sumamos un bajo. Pero el salto fue cuando se nos ocurrió meter las percusiones que hacía Joaco golpeando la guitarra, en formato electrónico. Después le pusimos unos pads electrónicos a la guitarra y él golpea esos pads a la vez de tocar la viola. Eso, además nos dio la posibilidad de tocar más fuerte y nos llevó a tocar en shows más grandes.

¿Se extraña el silencio de los comienzos, donde se generaba un clima casi de meditación o están a gusto con esta nueva respuesta del público que ahora salta y baila con su música?

Siempre fue como un motivo nuestro el silencio, pero por suerte se dan ambas cosas. Creo que nosotros estamos tan relajados como la gente que nos viene a ver. Eso nos pone en un lugar donde lo que damos tiene que ser auténtico y genuino. Ese silencio viene de ese lugar, de gente que va a escuchar algo y hace silencio para poder escucharlo. Es algo muy lindo que vivimos desde el principio.

En Inglaterra hay una banda llamada Incredible String Band que se la considera la pionera en incluir un sitar en el rock, antes que The Beatles ¿Quizás ya es hora de mencionarlos a ustedes por incluirlo en el rock nacional?

(Risas) A Full. Qome tiene un espíritu rockero pero la música que hacemos no es tan roquera. Hay unos temas rockeros que grabamos en Estudio Urbano, que no los incluimos en Wueya, pero los vamos a sacar como singles. Son más en formato clásico de rock, con batería, guitarras distorsionadas y demás. Si bien nuestra música está más asociada a pasajes electrónicos con bombo en negras, hay algo rockero. Yo también lo siento. Venimos de ahí.

¿Cuándo salen esos temas?

Estos otros temas son más rockeros, por eso quedaron afuera de Wueya; están cantados en español, la mayoría, porque también tenemos temas como ‘Hwabwe’ que tiene un idioma inventado. Algo que también forma parte de nosotros. Los temas son ‘Juega’, ‘No Hay Mañana’ y otro homónimo. Los dos primeros tienen batería y guitarra eléctrica, pero todavía no sabemos cuando los vamos a sacar. Antes de fin de año es la idea.

Hablando un poco de estas uniones raras, se me viene a la mente el disco Ten Ragas To A Disco Beat (1982) de Charanjit Singh, considerado un proto Acid-House…

Sí, muy loco que lo hayas escuchado. Increíble disco. Nunca pensamos en eso, pero lo escuché y me encanta. Últimamente estoy muy metido en escuchar Raga. Meterme en el sonido de la música clásica de la India y el porqué de esas escalas. Los Ragas son escalas que se tocan en diferentes momentos del día y es muy interesante. Son algo muy especial dentro del conjunto de la música en general. Son únicos y cada vez que puedo colar algo de esa información dentro de Qome lo aprovechamos. Usamos todo lo que nos sirve.

El arte de tapa tiene una búsqueda en lo corporal, lo humano, la desnudez en su expresión más primitiva. ¿Qué hay detrás de tanta piel?

Creo que viene un poco del mismo lugar desde donde viene la música. Nosotros no decimos «este es el coro, el puente, etc». Generalmente, vamos buscando lo que nos gusta, a prueba y error, entonces lo que hacemos es lo que nos sale, estamos un poco al desnudo. Después hacemos un refinamiento para meterlo en una canción, pero no existe una mediación con los géneros o con la industria. Llevarlo de vuelta a la idea del individuo, de cada persona. Ahí aparece esto de la desnudes, el aprender a caminar, unirse. Esa idea más primitiva viene de no conocer el territorio por el que caminamos.

¿Cuando se vienen las presentaciones oficiales de Wueya? Porque siempre los escuché grabados pero me imagino que sus shows tienen una pimienta que acá no se consigue tan fácilmente. 

Nosotros tocamos durante mucho tiempo en vivo sin tener disco, y creo que la idea de grabar vino a pedido del afuera. «Si quieren tocar acá necesitan un disco; si quieren entrevistas en la radio, necesitan un disco» y en el vivo, sin embargo, las cosas estaban pasando a full. Está bueno igual lo del disco para retratar una etapa de la banda. Es como una foto que ayuda a cerrar una etapa y empezar una nueva. El show va a ser el 14 de septiembre, el primero, y después otro el 21 en Estudio Nave, que es nuestra sala de ensayo en estos momentos.

¿Es un estudio que es un bote anclado?

Sí. Ahí vamos a tocar, tenemos nuestro sonido armado, entonces queremos dar un show muy prolijo. Vamos a sumar a Roque, nuestro productor, que va a tocar percusión, y a Rodolfo Ingaramo, que es un gran baterista, para la segunda mitad del concierto. La idea es hacer varios shows ahí, como Estudio Nave es un lugar chico y son pocas entradas, si la gente se copa vamos a hacer otra y si se llena hacemos otra. Es un lugar muy lindo, que se puede ambientar, que tiene una energía muy especial. Esperamos que podamos dejar ver todo este trabajo que estuvimos haciendo.

 

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