En Guava Island, Donald Glover y Rihanna protagonizan una historia de amor en una isla paradisÃaca. AllÃ, los habitantes viven bajo el yugo de un dictador que los obliga a trabajar sin descanso, incluso los domingos. El querido Childish Gambino interpreta a Dani, un músico idealista que tiene como objetivo unir al pueblo a través de su música, y la cantante caribeña le pone el cuerpo a su compañera de vida. La presencia de la artista no tiene tanto peso, si bien es la narradora de la historia y tiene un rol importante en ella, tal vez por su inexperiencia como actriz.
La pelÃcula dura poco menos de una hora y está dirigida por Hiro Murai, director de los videoclips de Childsh Gambino y la mayorÃa de los capÃtulos de Atlanta, serie muy recomendable. Hiro es un especialista en hacernos pasarla bien a través de su trabajo con imágenes en movimiento y Guava Island no es la excepción. Cada plano y movimiento de cámara es sumamente disfrutable y el estar rodada en Cuba le aporta una belleza extra a cada puesta en escena. El film está filmado en 16 mm. y le aporta una textura especial a todo lo que vemos. Además, resalta la exquisita colorimetrÃa. Aplausos para Christian Sprenger, director de fotografÃa.
Si bien la historia es simple y no tiene más que los giros narrativos clásicos necesarios, realiza una crÃtica tanto a la forma de vida capitalista como a la comunista clásica dictatorial. Pero tranquilxs, hay más palos para Estados Unidos que para cualquier otro paÃs. El color rojo, que representa al tirano, puede relacionarse directamente con el partido republicano, y el azul, el de los isleños unidos por la libertad, al de los demócratas. En una de las escenas aparece el germen de «˜This is America’, y a lo largo de todo el film, que tiene una música increÃble, escuchamos fragmentos de otros temas que Gambino lanzó durante 2018 como «˜Feels Like Summer’ o «˜Saturday’.
Si amás a Donald Glover y a Rihanna como yo, no te pierdas de estos 55 minutos de placer. No, no está en Netflix. Tampoco va a cambiarte la vida pero vale la pena.
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