Conocé a Sergei Polunin, protagonista del nuevo video de Hozier

noviembre 21, 2018

Este es el año del retorno triunfal de Hozier. Todavía seguimos saboreando el EP que lanzó en septiembre, y ahora nos llega un tema nuevo y la confirmación de lo que ya había adelantado: hay disco nuevo a principios del 2019.

Movement, este primer corte del segundo LP del músico irlandés, viene de la mano de un video impactante que nos trae a Sergei Polunin, la turbulenta megaestrella del baile clásico. Esta colaboración llega cargada de una historia que nació hace poco más de 3 años, cuando una canción de Hozier le cambió la vida.

Ascenso meteórico y caída fatal. Así se podría hablar de la carrera de Polunin. Con sus tatuajes y cicatrices, desconcierta a los que no seguimos de cerca el circuito del ballet internacional. El denominado «bad boy« de la danza clásica desafía todo los estereotipos del género (sí, eso que se le ve en el brazo es la cara del Joker). Sin embargo, este ucraniano de 28 años es uno de los bailarines más prestigiosos que supo tener el Royal Ballet de Londres: a los 19 años se convirtió en el principal más joven que tuvo la compañía. Y a los 22, en el auge de su carrera, renunció.

La situación familiar, las adicciones, la depresión. Los escándalos. La insubordinación constante. Como se muestra con pelos y señales en el documental Dancer (2016), de Steven Cantor, fueron muchos los factores que llevaron a Sergei a tomar la drástica decisión de abandonar la carrera a la que le había dedicado toda la vida.

Después de dejar la compañía inglesa, todo fue de mal en peor: por su reputación de ser impredecible y errático, en Estados Unidos le dieron vuelta la cara. Polunin tuvo que volver a Rusia y empezar prácticamente de cero. Con su talento y tenacidad, logró alcanzar la cima de nuevo, pero empezaba a repetirse la historia. Finalmente, en 2014, y con solo 24 años de edad, tomó la decisión de dejar de bailar para siempre.

Como proyecto de despedida, armó una coreografía con una canción especial, que le gustaba mucho: nada más y nada menos que el primer hit de Hozier, Take Me to Church. El célebre fotógrafo y director David LaChapelle fue el encargado de filmarlo. Y, además de incluir el video en Dancer, lo subió a su canal de YouTube.

Hasta la fecha, el video lleva acumuladas más de 25 millones de vistas, pero fue un éxito desde el primer día. Explotó. Se viralizó. Los medios de todo el mundo volvieron a hablar del talento de Sergei Polunin, sus saltos que desafían la gravedad, su calidad como intérprete. Inspiró a miles de bailarines en todo el mundo. Tan fuerte fue la reacción que generó, que Polunin, al final, reconsideró su decisión: el baile seguiría siendo parte de su vida.

Y lo sigue siendo hasta el día de hoy. Sergei también actúa (apareció en Asesinato en el Expreso de Oriente y Operación Red Sparrow), pero no dejó de lado su primera pasión. No es difícil adivinar que con Movement Polunin se remite a ese momento bisagra de su vida: lo vemos batallando con los demonios que lo persiguieron todos estos años. Pero sabemos que, a pesar de todo, va a seguir bailando.