Grodon Raphael: «Los músicos argentinos llevan el rock en la sangre»

julio 2, 2018

Gordon Raphael es uno de los responsables del sonido de los dos primeros discos de The Strokes, y por ende, comparte con ellos el legado que generaron a comienzos del milenio para lo que hoy conocemos como la escena indie. Tanto para Alex Turner (quien acaba de confesar que él sólo quería ser uno de los Strokes cuando comenzó) como para muchas bandas nacionales, que generaron el reverdecer de la escena local. La magia radica en su visión del rock, su método para capturar la esencia de un grupo de amigos tocando en una habitación. Pero además de su oficio como productor, siempre fue un compositor de canciones y se encuentra en Argentina para presentar su más reciente material, titulado Sleep On The Radio, en el que rinde un cierto tributo a aquellos programas radiales que le presentaron a sus bandas favoritas y – obviamente – a aquel sonido que lo enamoró cuando era adolescente.

Pero no es la primera vez que nos visita, Raphael viene al país desde comienzos de esta década, estuvo grabando a varios artistas nacionales y convocando a músicos argentinos para que sean parte de su banda. Es por eso que conoce muy bien nuestra escena, entiende cuál es nuestra relación con el rock y la destaca por encima de cualquier ciudad; porque para él, el rock es lo más importante del mundo. Un tipo que sigue vibrando y viviendo la música como un joven apasionado.

No sé si sabías pero The Strokes es una banda muy influyente para la escena de rock actual en Argentina. Tenemos muchas bandas locales que a partir de ellos, sintieron que se podía tocar la guitarra discretamente y aún así tener un sonido copado. Así que por ende vos también sos una influencia aquí. 

No lo sabía exactamente, lo mismo pasó en Nueva York y en Reino Unido. Los chicos que sólo escuchaban Techno, y odiaban el rock, cambiaron su forma de pensar y empezaron a armar bandas y a tocar la guitarra. Dijeron «no tenemos que hacerlo como Fleddwood Mac, podemos hacerlo como The Strokes». Pero no sabía que pasó lo mismo acá. Algo pasó cuando ellos vinieron en 2011, dieron un gran show, y esa es otra forma de empezar. Porque mucha gente me contactó a través de internet y yo no sabía que pasaba. Después vi que tocaron acá y entendí porque tenía 3 mil nuevos amigos de argentina en Facebook.

¿Qué te pasa cuando ves que artistas como Alex Turner (y muchos otros) dicen yo solo quería ser uno de The Strokes?

Para mí es un honor, porque cuando yo era pibe escuché a Jimi Hendrix, The Beatles, The Doors y Frank Zappa. Ellos me mostraron un montón de maneras de cómo el rock podía ser y qué era lo que yo quería hacer con mi vida. Tenía 11 o 12 años, había muchas cosas en esas músicas a las que debía prestarle atención, había cosas sobre la vida ahí. Por eso, que haya ayudado a otra gente a tener esos sentimientos es como una recompensa. Yo tomé algo y se lo trasladé a alguien más. Es una cosa hermosa y espiritual.

¿Cómo es volver a las canciones después de un largo camino produciendo los temas de otros? ¿Te apoyas en la opinión de alguien más para saber si suena bien o no?

Nunca me importó lo que la gente decía. Desde que era adolescente. Inclusive cuando la gente me decía que era una mierda, que estaba mal. Cuando escribía me decían que estaba mal, y también cuando cantaba, escribía poesía o hacía arte. Y para mí era como «que se vayan a la mierda, a mí me gusta hacerlo. No es que piense que está bueno, porque estaría en problemas, pero si siento que está bueno, entonces, genial».

¿Cómo es tu proceso creativo?

Nunca sé lo que va a pasar. Primero trato de encontrar en la guitarra un sonido que me parezca poderoso, ese sonido de una cuerda de metal. Lo grabo, después lo escucho y empiezan a aparecer algunas palabras, las escribo en un pedazo de papel. No sé lo que voy a decir, pero así van surgiendo las letras y después quizás le busco un significado. Pero usualmente mis canciones vienen de ningún lugar, sólo desde mi imaginación y el espacio.

Te pido que me cuentes cómo fue que un día cayó a tu estudio Ian Brown…

Fue así. Yo conocía su música, pero no supe que era él hasta que entramos al estudio y escuché su voz. Estaba en mi estudio con él parado atrás de mí cantando, y en un momento le pregunté si era Ian Brown de The Stone Roses y me dijo «soy Ian Brown, pero The Stone Roses se separaron hace tiempo y yo estoy haciendo mis propios temas ahora». Fue una sorpresa. Él estaba cerca y encontró mi estudio en la guía de teléfono. Yo ni siquiera sabía que mi estudio figuraba en la guía. Vino porque le quedaba cerca del departamento y tenía que irse al aeropuerto para volar a Inglaterra. Sólo se llevo un demo con las voces grabadas y nunca escuché la versión completa, pero la pueden buscar en Internet, fue algo que hizo con 808 State. Él cantó solo una vez la voz y me dijo: «quiero el micrófono con el que tocan todas la bandas en un bar, el más barato que tengas» (un Shure SM57); lo grobó y dijo «está perfecto». Hicimos otra toma para grabar segundas voces y quedaron. Cuando lo mezclé me dijo que le gustó mi sonido y lo rápido que trabajaba, yo no lo podía creer. Eso fue en 1997. En 2002, después de grabar con The Stokres, me mandó un mensaje a través de su manager para saludarme y decirme que le había gustado el disco.

¿Cómo fue la experiencia de grabar el primer disco de Regina Spektor?

Cuando grabamos hicimos el acuerdo de que grabaría y cantaría al mismo tiempo. Si la tocaba bien iba al disco, si no lo intentábamos al otro día. A veces tocaba unas siete veces una canción, entonces parábamos y tratábamos la siguiente semana. Ella era increíble. Sólo agregamos violines en tres temas, un amigo mío tocó en una canción. Pero la mayor parte de la sesión era sólo ella tocando y cantando al mismo tiempo y nosotros solamente mirábamos. Ese fui mi trabajo con ella.

¿Qué conocés de la escena indie argentina?

Lo qué sé de la escena local es lo que veo cuando vengo de visita y voy a shows, salgo a caminar, conozco a los músicos de la bandas, veo cómo la gente se viste, qué música pasan los DJs. Me recuerda a lo que pasaba en Inglaterra en 2004. Todavía están pasando The Sotrkes o Artics Monekys y bandas así. Eso es interesante porque se ve más que en Reino Unido o en Berlín. Acá y en México, el rock es como en los 60’s. Alrededor del mundo entero hay una identidad reconocible: en la forma de vestirse, en la música que escuchan y que es como un subcultura interesante. Hay tango acá o música electrónica y un montón de géneros, pero hay un gran respeto por las guitarras y los músicos. Esa es mi visión.

¿Más qué en Inglaterra?

Lo digo siempre, Argentina tiene un amor más poderoso por las guitarras y el rock y los sentimientos de rock, mucho más que en Europa, Inglaterra o Estados Unidos en los últimos 10 o 15 años; donde no es importante. Ya no se habla mucho de rock en esos lugares. Cuando vengo acá y escucho hablar sobre rock, puedo tocar y armar bandas. Eso es difícil de hacer en Europa. Por ejemplo, viví en Berlín 13 años y sólo toqué 2 o 3 shows de mi música allá. Y acá toqué 11 o 12 conciertos en 2014. Y ahora tengo 6 shows en un mes. ¿Dónde voy a encontrar diversión si no es acá? Todo el mundo me conoce en Buenos aires, no me pasa en Berlin, ni Nueva York, ni Seattle. La gente me saluda en los bares o me reconocen en los taxis y siempre me preguntaba por qué pasaba eso. Y en 2011 un taxista me dijo «Gordron, el rock es diferente acá por la historia y la política, y cómo se dio esa cosa de unidad. Y está más allá de cómo pasa el Reino Unido o en Estados Unidos. Tenemos una relación especial porque nos recuerdan a tiempos en que cierta información, sentimientos y unidad se transmitían con esas canciones que estaban prohibidas. De alguna manera, gente como Charly García y otras personas tocaron el corazón de la gente, le dieron esperanzas cuando no había mucha esperanza«. Nunca había escuchado sobre la dictadura, de los vuelos de la muerte y un taxista me la contó. Entonces entendí todo.

¿Por eso te gusta tocar con bandas argentinas?

Cuando la gente me pregunta en todo el mundo por qué voy a grabar a Argentina o por qué toco con argentinos, les digo que es porque para ellos esta música está mucho más viva. Ellos la siguen tocando porque tiene que ver con su cultura, su historia, su política, está en su sangre.

¿Creés que el rock tiene que tener ese carácter revolucionario o contestatario; o simplemente puede ser un género pop como cualquier otro?

Cuando escuché The Beatles y The Doors tenía 12 años, y parte de la razón por la que pensé que esto era importante fue porque estaban diciendo lo que estaba pasando. Entonces, pensé que el rock era la cosa más importante en el mundo porque lo puede cambiar. Eso era lo que pensaba cuando era adolescente y sigo creyendo que el rock tiene mucho poder para hacer esas cosas.

Durante mucho tiempo se pensó que el rock era cosa de jóvenes, pero hoy sabemos que eso no es tan así. ¿A quién te dirigís cuando componés ahora? ¿Cuál es el mensaje que intentas transmitir?

Cambiaron muchas cosas de cuando tenía 17 años. Cuando era adolescente para mí se trataba de armar tu banda, ganar millones, tener tu jet privado, tu limusina, cientos de chicas y fiestas, tipo Led Zeppelin o The Rolling Stones. Ahora lo que trato de mostrar es que estoy acá sentado, que toda mi vida estuve haciendo música y aún sigo vivo, que como fruta y que – de alguna manera – tocar el piano, la guitarra, escribir, me mantiene vivo. No sé cómo. Es algo mágico. Es como que represento una esperanza para los demás para seguir creando, trabajar en las cosas que les gustan y dejar de hacer cosas que odian. Creo que eso es un mensaje importante. Yo tenía 42 años cuando grabé a The Strokes. Ahora sigo tocando con mi banda, viajo, grabo, estoy en los medios y saco discos. Otro mensaje importante es que cuando estoy tocando en una banda con otras personas nos miramos, sonreímos, tocamos todos la misma nota al mismo tiempo y sabemos lo que va a pasar. Somos todos diferentes, pero estamos unidos en una forma poderosa. Eso la gente lo ve y nota que estamos felices tocando, nos movemos con energía y piensan que eso es algo interesante. 

¿Tenés alguna fórmula para grabar o cuando descubrís un hit le das un tratamiento especial a ese tema?

Siempre hago lo mismo. La banda tocando en el estudio, el cantante está conmigo mirando, y una vez que está grabado, agregamos las voces. Y si todos estamos contentos, decímos «ok, lo tenemos». Después grabamos alguna guitarra más o un piano. Siempre es de la misma manera.

La banda que te acompaña ahora es argentina, como Calendar que fue la primera que te acompañó de gira y con quienes grabaste ¿Son los mismos músicos?

No, ellos fueron mi primera banda. Es mi tercera banda argentina y me encantan. Se llaman The Wilds Cards. Vamos a tocar el 5 de julio en La Confitería, junto con Victoria Venus que es una bailarina performática. Va a estar buenísimo

¿Qué significa para vos tocar para el público argentino, después de todo lo que hablamos sobre cómo se vive el rock acá?

Hice mi primer tour europeo el mes pasado, toqué en 16 ciudades, tocando mi música y mi nuevo álbum; y fue muy lindo. Después vine aquí, ensayamos y a la semana tocamos en Salón Pueyrredon y habían unas 150 personas que se volvieron locas, la banda tocó increíble y fue perfecto. Pero no es solo el público, me pasa también cuando camino por la calle y conozco gente, son amigables y abiertos. Me gusta trabajar con argentinos, me gusta grabar acá, me gustan los estudios de acá, cualquier cosa musical que pasa aquí esta bien para mí.

 

Agradecimientos: Belén de Corazones  y www.soloparaentendidos.com«‹