Vuelve la canción de protesta

junio 25, 2017

La canción de protesta había quedado relegada, al menos en la música pop, durante la última década. El nuevo milenio nos había puesto un tanto optimistas quizás. Pero lo cierto es que últimamente cada vez son más los artistas del mainstream que apuntan sus cañones de tinta hacia los líderes del mundo y se auto-reclutan en la lucha contra las injusticias sociales.

Donald Trump quizás fue la gota que derramó el vaso para muchos artistas activaran sus alarmas y tomaran una posición combativa en su contra. Así surgieron un sinnúmero de canciones anti-Trump, pero no ha sido el único tópico que nos hace pensar que la canción de protesta, está de vuelta. Veamos por qué.

 

Por trascendencia, empecemos con ésta de Arcade Fire que es una especie de eslogan que se ajusta a toda la dirigencia política. El mensaje es muy simple y directo, casi en tono de amenaza, advierte que quienes tienen el poder de decisión no son finalmente los dirigentes elegidos, sino sus electores quienes le dieron el poder y – por ende – también pueden quitárselo.

Moby fue otro de los músicos que mostró los dientes con su último trabajo y lanzó una crítica dura contra el Sistema y nuestra forma de vida en el mundo moderno, donde asegura, él se siente perdido. Y Steve Cutts re-significó su mensaje incluyendo  otros tópicos en su animación como el acoso callejero, la crueldad de las redes sociales, el abuso del uso del celular y otras temáticas de impacto social. Pero la sangre en el ojo de Moby siguió coagulando y lanzó una continuación de aquel material. Se llamó More Fast Songs About the Apocalypse, lo ofreció de forma gratuita y su promoción fue una carta apócrifa de John Miller (un nombre ficticio que Trump usaba en los 80s). La redacción de este mensaje, nos hace suponer que su redactor es un tipo iletrado, quien sugiere a los lectores no escuchar ese disco. Una bofetada delicada hecha con un guante.

 

Las hermanas de CocoRosie también unieron fuerzas junto a un viejo amigos como lo es ANOHNI para atacar a Trump. En este caso, la letra de la canción pareciera parafrasear al ahora presidente de los Estados Unidos, en el que se apropian de sus insultos para contar la cruda realidad de los indigentes. Donald se mostró siempre muy poco condescendiente con las clases sociales carenciadas y el estribillo de esta canción funciona como una lema en su contra «Burning down the house. Smoke them out«.

 

Pj Harvey es otra de las cantantes que se puso en pie de guerra luego de un viaje por oriente medio, y el resultado fue su álbum  The Hope Six Demolition Project de 2016. Sin embargo, ahora acaba de lanzar una nueva canción titulada The Camp, en la que suma la voz de Ramy Essam, un cantante egipcio que vive en el exilio, debido a sus proclamas contra el gobierno de Hosni Mubarak. La crudeza de su lírica expone la trágica situación en la que se encuentran los países azotados por la guerra.

 

Jim James, cantante de My Morning Jacket, decidió encauzar en su faceta solista un disco con canciones que abordan diferentes problemáticas actuales, desde la protesta como fuerte de batalla. Si bien la trama apunta a «ellos» como los predicadores de una vieja mentira que vienen siendo repetida desde el comienzo de los tiempos, también re-direcciona la culpa y acusa a quienes se quedan imparciales ante el atropello. «Si tienes sentido vas a intentar cambiarlo, pero es difícil cambiar lo que ha sido confortable. Lo hemos visto millones de veces y es difícil pensar cuando estás hipnotizado».

 

Los Planetas, la banda de Granada, este año se despachó con un nuevo álbum en el cual continúan su coqueteo con las rimas del canciones clásico español, la poesía romántica y la tradición gitana. Sin embargo, el comienzo y el cierre – al igual que el título del disco – tienen una connotación netamente politizada. Por un lado, Zona Temporalmente Autónoma (título del álbum) lo toman del libro de Hakim Bey (un poeta anarquista estadounidense); Guitarra Roja es un poema hecho canción de Martín Castro y el opener del material, Islamabad, es una canción en colaboración con Yung Beef y lo cuestiona todo: las religiones, las guerras, los paraísos fiscales, la tele-basura y las leyendas del espacio. Un ejemplo claro de canción de protesta contemporánea.

 

Boom Boom Kid siempre fue un remilgado que se plantó frente al sistema como un ajeno que desde la vereda del frente comparte su visión de la realidad. En su última entrega Disco de Otoño toma la bandera del feminismo y en Rosas Rotas extiende el reclamo popularizado en Argentina como Ni Una Menos. Esta proclama se levanta ante los femicidios que cada vez presentan un número más elevado y demuestran que la crueldad ejercida por el género masculino hacia las mujeres no tiene límites aparentes.

 

Y la lista sigue, desde el proyecto Our First 100 Days pasando por The Dears, Gorillaz, Kendrick Lamar, A Tribe Called Quest o el regreso del siempre combativo Roger Waters. Todo esto nos hace pensar que el clima despreocupado de la música popular se está enrareciendo y pronto veremos resurgir la canción de protesta como los hongos después de la lluvia. Y es que es necesario, ¿o no?