Los nuevos refugios del arte

marzo 24, 2017

Ell arte en los medios masivos está cada vez más excluido y es casi imposible que un periódico, un show de radio o un programa del prime time televisivo dedique un segmento a la poesía, al teatro, la fotografía o las artes plásticas. El arte sigue subsistiendo, pero hay que saber encontrarlo.

Por ejemplo, si el mundo entra por tus ojos, hay algunos lugares donde puedes estimular tu cerebro: los fondos de pantalla de WeTransfer y de Windows. Tanto en la plataforma de trasferencia de archivos como en el sistema operativo, puedes deleitarte con asombrosas fotografías que alternan con cada nueva visita. Inclusive el sistema operativo de tu celular puede darte gratas sorpresas.

El teatro ha quedado relegado al mundo de las redes sociales, allí en todas las plataformas puedes sorpréndete, inclusive, con tus propios contactos. Instagram, Facebook, Snapchat o bien los afamados Youtubers. Si tuviera que inclinarme por alguno en especial recomendaría que no se pierdan Sainzdeces – la propuesta de bajo presupuesto que nos ofrecen los creadores de Malviviendo.

Otro arte que está en jaque -hace por lo menos una década- es la literatura, que ha quedado recluida en los jardines de invierno de la intelectualidad (otro término en desuso en estos días, pero que me gusta usar). Pero sorprendentemente la poesía es el subgénero que mejor se adaptó a la era moderna.

En la comodidad de tu casa puedes encontrarla scrolleando, también, en las redes sociales, disfrazadas como memes o posteos reflexivos. Aunque el sitio indicado para encontrar Poesía es en los menús de los restaurantes. Esas descripciones impresionistas de los platos que están más cerca de Marcel Proust, que de los anuncios de comida. Al punto de que nuestro entusiasmo luego de leer esas parrafadas nunca se condice con el plato que recibimos luego.

¿Y la música? Bueno, para eso estamos, ¿no?