La polémica en torno a la electrónica comercial sigue a la orden del dÃa. Desde David Guetta pasando música con un pendrive hasta el papelón de Steve Aoki, Sander Van Doorn y Laidback Luck. El productor Seth Troxler hizo una extensa opinión para Vice sobre las virtudes y, especialmente, los defectos de los festivales electrónicos de gran envergadura, como el UMF o Creamfields. Drogas, pose de idiota y artistas que no son artistas.
«Cuando me contratan para un festival masivo suelo dar una vuelta por el terreno para ver qué me voy a encontrar y en el 90 por ciento de las ocasiones es horrible. Lasers, LEDs, pirotecnia y tortas volando hacia tu cara. Eso no es salir a bailar, es un concierto de boludos», asegura Troxler para determinar que el clubbing es una cultura que promueve la paciencia, el baile y el respeto mientras que los festivales destrozan eso.
«Los DJs de electronic dance music son la peor gente del mundo. Avicii es un gil, pide que la gente que labura alrededor de él no le hable, si le tienen que decir algo es a través de su manager», aclara sobre uno de los DJs mejor pago del mundo y luego sigue con un amigo de la casa: «Steve Aoki, no sos un DJ. Sos un mono de circo sobrevalorado, sin talento y con mucho cachet».
La crÃtica de Troxler continúa por el lado del desenfreno de sustancias, quilombo y sin sentido que sucede en esas mega fiestas tóxicas: «¿Tirarse en el barro y recibir pastelazos en la cara? Eso no es libertad, es idiotez». Destacando que los festivales más respetables son Tomorrowlands, Burning Man y Shangri-La Glastonbury.