La joda de Morrissey

julio 22, 2013

La novela interminable de Mozz y su gira por Sudamérica llegó a contrastes insoportables. La información de hoy es el cancelamiento oficial del show que tenía pactado en Buenos Aires para este domingo en Tecnópolis. La devolución de dinero para las entradas adquiridas se realizará en los puntos de venta de Ticketek (igual el service charge de 60 pesos no te lo devuelven, je). Este quizás sea el final de una novela pedorra que a continuación repasamos.

La joda arrancó a principio de año. Morrissey comenzaba una extensa gira por Estados Unidos y México pero al poco tiempo tuvo que bajarse debido a graves problemas de salud. Al princio llegó un silencio absoluto y luego unos dudosos rumores de que el astro se retiraba de los escenarios para siempre. Entonces apareció una noticia aún más rara: en vez de reanudar los shows que tenía pactados por allá arriba cancelaba todo y se venía a Sudamerica para presentarse en Perú, Argentina, Brasil y ocho (!) veces en Chile.

El mismo día que la gira sudamericana comenzaba, desde Lima llegó la novedad de que Mozz se había intoxicado comiendo fideos al penne (dale, hacé chistes) y cancelaba (o posponía) sus shows siguientes. Luego informaron que solo cancelaba Perú, posponía Chile y hacía Argentina y Brasil como estaba planeado. El sábado pasado, finalmente, llegó a través de True To You el comunicado que sostiene la cancelación de toda la gira debido a falta de fondos.

El 2013 debe haber sido el año más extraño en la vida de Mozz, plagado de dudas, silencio, cancelaciones y hospitales. A fines de junio, antes de emprender la gira que nunca fue, le contestó al diario chileno La Tercera: «Prefiero morir en un escenario antes que en un sofá cubierto de migas de pan», y agregó algunas cuestiones sobre su retiro, el final de sus días, y su relación con la música.

Este quizás sea el retiro de Morrissey, del artista masivo más controversial de las últimas décadas, un trovador inmenso que generó amores y odios casi por igual a lo largo de un mundo que siempre lo miró atónito. O no, en una de esas vuelve y toca.