INSTANTANEAS: Papá Noel

diciembre 23, 2012

Papá Noel, San Nicolás… Muchos nombres se le pusieron a Víctor, el verdadero ente irreconocible que todos los 24 de diciembre a la medianoche decide colocar regalos en los árboles de todos los niños del mundo. Este laburante de lo imposible visitó la redacción ayer y nos comentó con detalle su historia, muy diferente a la fantasía del Polo Norte que Coca Cola nos vendió. La fábrica de Víctor queda en una isla secreta de la que no se pueden dar coordenadas dado a las amenazas de distintos presidentes del mundo. «Mi abogado está en el tema», asegura. Los problemas de Víctor comenzaron cuando un niño de 9 años le pidió un arma de regalo y al hacer efectivo el pedido, este infante terminó asesinado a toda su familia. Juicio y a otra cosa. Los pedidos no son una traba siempre y cuando el demandante se haya portado bien. Juguetes, consolas, armas, drogas o lo que sea son construido por un ejército de ratones inteligentes que tiene trabajando para él. Todos se preguntarán cómo mantiene toda esta joda y la respuesta es: Noruega, un estado fanatizado con su figura que todos los años le desembolsa millones de dólares, que le son suficientes para trabajar y poder consumir sus tan preciados «hongos navideños».La lista de niños VIP a los que Víctor le hizo regalos incluye al ex presidente George Washington (un castillo de juguete) y la Madre Teresa (una caja de habanos). La iglesia católica es otro punto oscuro, una entidad que resiste su existencia y siempre que puede lo tira a menos. Hace un par de años vivieron un episodio fulero cuando el protagonista y sus ratones irrumpieron en un templo para propinar terror psicodélico después de una ingesta de hongos viajeros.

«Nunca le negué un regalo a nadie», sentencia antes de culminar con su típico «¡Jo, jo, jo!»...

No es gordo, ni viejo. Papá Noel es más veraniego de lo que todos piensan, a la redacción cayó con camisa, traje de baño y lentes de sol. La falta de calzado y la botella de vodka completaron un atuendo absolutamente impensado.

Foto y Video: Tino Raimondi