La Máquina Que Escupe Monstruos (y los suelta en la web)

junio 11, 2012

«Todas las películas son sobre mundos extraños a los que no se puede acceder a menos que los inventes y los filmes. Eso es lo importante del cine para mí; me gusta entrar a mundos extraños». David Lynch viendo Erin Brockovich en TNT un sábado a la tarde es algo difícil de imaginar. El tipo tiene razón, quizás lo mejor que ofrece el cine es esa capacidad de trasladarnos fuera de la realidad. En la esfera de la ciencia ficción, nos mete en los mundos más extraños, donde conviven criaturas que te pueden asustar o conmover, artefactos fantásticos y gente con problemas fuera de lo cotidiano. Si en la vida real existiese el Delorean, Volver Al Futuro no sería la película preferida de nadie y si en la vida real existiese una máquina que graba los sueños… Bueno, si alguna vez te cruzás con un anuncio de una empresa que ofrece dicho servicio y que se llama igual a un movimiento revolucionario y a un disco de The Clash, no llames. La Máquina Que Escupe Monstruos Y La Chica De Mis Sueños es la película que escribieron, dirigieron y produjeron Agustín Ross y Diego Labat; «una película digital, hecha en nada de tiempo y sin plata», dicen ellos. Es que no sólo se plantearon hacerla en el corto plazo de un año y medio (encargándose hasta de crear la música, «por un obvio tema de derechos»), sino que el prometedor resultado se va a lanzar el 21 de junio de manera online y gratuita. En cuanto a la historia, «propone algo muy distinto al típico cine argentino y más parecido al cine yanqui», adelantan. «Nos gusta decir que la peli arranca donde termina una de Disney. Cuando el pibe, después de conseguir a la chica ideal, se sienta a ver la tele con ella y se levanta diciendo: A mí este programa no me gusta’. Eso es básicamente lo que le pasa al protagonista». Antes de su estreno, hablamos con estos dos devotos de South Park («South Park es como la Biblia. Si no lo ves, deberías») para que nos cuenten todo sobre el proyecto, sus placeres cinéfilos, cómo es hacer cine en Argentina y la importancia de internet como medio de difusión.

-Al ver el tráiler es imposible no relacionar la temática y la estética con el cine norteamericano, incluso medio ochentoso.  Humor, romance, ciencia ficción, un toque de geekismo; La Máquina parece mezclar todo eso. Como su ópera prima, ¿ven condensado en ella todo lo que los marcó del cine? ¿Sienten que dieron con una especie de Frankenstein de todas las películas que les gustan?

Agustín: Sí, igual siempre quedan algunas cosas afuera. La escribimos fijándonos qué funcionaba y qué no. Empezó siendo una película de invasión extraterrestre, por ejemplo, por eso también en una escena se menciona algo, pero empezamos a pensar en el presupuesto y reformulamos el guión.

Diego: Creo que en la música se ve mucho también eso de lo que hablás. El primer disco de una banda, por lo general es el más personal, el más agresivo, en el que sienten que tienen que dejar todo y quizás para el segundo, meten baladas o no sé, prueban cosas que no se habían animado en una primera instancia. Hay directores que también hacen lo mismo. No sé si viste Bottle Rocket, de Wes Anderson. Es una película en la que todo funciona mal. Está buena igual, pero el tipo quiso meter todo de una y cuando la ves, te das cuenta de que todavía no había llegado a ser Wes Anderson. Nosotros vemos nuestra película ahora y le encontramos un montón de cosas que odiamos y que creo que sólo nosotros nos damos cuenta; un fuera de foco, un plano que quisiéramos cambiar, pero así y todo creo que sí, pusimos todo lo que nos gusta y nos encanta también cómo quedó.

-Agustín: Tuvimos muchas discusiones por directores que nos gustan, como Peter Jackson, que tienen este tipo de proyectos y cuando empiezan a hacer algo de plata se van al lado Spiderman. Siempre falta presupuesto, pero también está bueno resolver las cosas que te imaginás con menos plata de la que necesitás. De ahí salen un montón de errores y cosas que terminan funcionando.

-Aún no hay imágenes del monstruo de la peli y sabemos que hubo todo un equipo de FX encargándose de caracterizarlo. ¿Qué se puede adelantar de él?

Agustín: Que está buenísimo. Obviamente, no es discorde con la estética de la película; esa cosa media ochentosa que mencionaste está ahí también. Creo que funciona como una especie de referencia a ese tipo de monstruos más que a no sé, a Transformers. No esperen un Transformer.

-Parece haberse formado un buen grupo de actores también, ¿cómo se dio eso?

-Agustín: Con suerte y por recomendaciones. Todos más o menos vienen del mismo ambiente y uno quizás decía: «Che, tengo a tal que puede servir para ese papel». Se creó una dinámica de laburo muy buena con todos, lo cual era importante, ya que hay mucho diálogo en la película. La manera en que trabaja Nicolás Maiques, por ejemplo, que viene más de la tele, nos sirvió para un montón de escenas bastante complicadas.

-Uno de los personajes se llama Diego Labat, el que dice que no tiene guionista y busca desesperadamente que algo interesante le pase en la vida. No sé si vos, Diego, querés explicar cómo llegó este homónimo tuyo a la peli…

-Agustín: Está la teoría de que es un egocéntrico.

-Diego: Hay un director, Kevin Smith, que mete mucha comedia stand up en su películas. Es el que hizo Chasing Amy, Mallrats, Clerks, Dogma. El tipo dijo: «Bueno, yo me puedo morir acá y probablemente nunca haga más nada» y se escribió personajes para actuar él (sí, está hablando de Silent Bob). Nosotros quisimos hacer algo así, sólo que los personajes llevan nuestros nombres y no los actuamos nosotros. Uno de los protagonistas también toma el nombre de Agustín.

-Agustín: Pero no es tan protagonista. Está bueno porque tienen como la personalidad contraria; el personaje que se llama como él es más parecido a mí, más tranqui, y el mío es más como él, más verborrágico. Es una especie de chiste interno más que nada.

-En la sinopsis que da el protagonista en su sitio web se encuentra una referencia a Tex Avery, creador de célebres personajes de los Looney Tunes. En la película también parece haber mucho de caricaturesco, ¿qué lugar ocupó y evidentemente ocupa en sus vidas ese tipo de animación y humor?

-Agustín: La animación está en todos lados. Yo soy animador en realidad, ahora estoy terminando una película. Nosotros crecimos en los 90s y crecimos con eso, con Cartoon Network, Disney, con un montón de cosas que van surgiendo en la película. Se ve en la lógica de los personajes, que tienen una especie de pensamiento animado. El protagonista de repente tiene una idea que es una estupidez y la lleva a cabo, un poco como el Coyote. Hay mucha referencia a eso.

-Siempre se escucha hablar sobre lo difícil que es hacer cine en Argentina y su proyecto, ideado y llevado a cabo para ser liberado en internet y en un lapso de tiempo muy corto, va un poco en contra de eso. Desde su experiencia, ¿cómo es hacer cine acá? La nueva generación de directores, ¿ante qué está parada?

-Agustín: Es difícil, pero se puede. Creo que la gente que dice que es difícil se refiere a hacer cine institucionalmente: «¿Querés hacer una película? Bueno, escribí el guión y pensá que de acá a 5 años va a estar terminada». No hace falta meterse en esa movida, no es la única opción. Lo que en tiempos del cine normalmente tarda 4 o 5 años en hacerse, lo concentramos en un año y medio y lo que normalmente hacen 10 personas, lo hicimos entre dos.

-Diego: Menos en sonido, que no lo manejamos nosotros, nos dimos maña en todas las áreas y creo que lo más interesante de esto es el proyecto en sí más que la peli. Muchos amigos nos ayudaron, aunque sea a transportar equipos… y estaban emocionados: «Boludo, ¡estoy ayudando a hacer una película!». La gente se copa. Técnicos, actores; gente que le gusta hacer esto. Al actor le gusta hacer cine, que no es un medio tan accesible como el teatro y la tele. Además, creo que acá el cine es un poco anacrónico y hay una idea de que tiene que ser profundo. No se encuentran nuevas formas de narrar y nosotros quisimos tomar una lógica y un ritmo diferente.

-Agustín: Para captar a un grupo de 30 personas y que trabajen juntos durante un determinado tiempo, tenés que llevarlos de la mano de una buena historia. Muchas veces es difícil evaluar si lo que escribiste realmente está bueno o no, por eso creo que es una ventaja que seamos dos.

-¿Cómo se conocieron ustedes?

-Diego: Fuimos compañeros un año en la FUC. Él estudió montaje y yo estudié guión, lo cual está bueno a la hora de sentarse a escribir, porque se aborda de distintas formas; mirás cómo adaptar algo a nivel guión o qué tan posible es lograr algo en postproducción.

-Agustín: Tanto en guión como en montaje, uno siempre piensa en la estructura y si funciona lo que estás contando. El director suele tener una visión más relacionada a la estética; arma bien la puesta en escena, pero quizás le falta saber cómo conectar una idea con la otra.

-Después del estreno en la web, ¿cuáles son los planes para La Máquina?

-Diego: Primero es estrenarla. Después la verdad es que tenemos ganas de presentarla en festivales, pero hay toda una cláusula con el tema de internet.

-¿Les parece que esto es lo que se viene, el estreno de películas online?

-Agustín: Yo creo que sí. Es lo que debería venir, al menos.

-Diego: Cuando salió todo el tema de S.O.P.A., que de hecho, se usa como chiste en la película, quedó muy claro que los estudios de cine no comprenden qué es internet. No se puede luchar contra internet. La música y el cine difieren mucho en eso. El músico sube su disco a la web porque lo ve como un medio para dar a conocer lo que hace, pero en el cine no está esa conciencia todavía. Hay mucha oferta musical, muchos sitios que funcionan como plataformas y bandas sacándoles provecho. Hace cuatro o cinco años atrás, creo que podía decir que algo conocía de música… hoy en día, no tengo la más puta idea.

-Agustín: En cine también hay mucha oferta. Millones de películas se hacen por año, pero no están los medios para verlas. El pibe de Cuevana es el ejemplo perfecto de esto que estamos hablando. Su idea era ir con los estudios y decir: «Ok, yo les pago un precio por la películas y después cobro un simbólico». El sitio tenía un millón de visitas por día… Nosotros hablamos con este pibe, Tomás Escobar, para hacer la premiere ahí, pero justo después fue cuando Cuevana cayó y las redes explotaban de puteadas porque funcionaba mal. También hay un tema de tiempos. En un cine tenés una o dos semanas, si te va bien. En la web, yo puedo dejarla tres meses si quiero, viendo cómo le va, haciendo difusión.

-Después de esto, ¿qué les gustaría hacer?

-Agustín: Yo quiero hacer una película de animación. En un momento, coqueteamos con una segunda parte de La Máquina, pero probablemente no pase. Igual, después de esto, creo hay que descansar. Después de un año y medio, estamos un poco quemados.

-Diego: Yo también quiero que hagamos una película de animación y también me gustan mucho los musicales. No sé, algo de eso haremos.

-Para terminar, les pido un Top 5 de películas favoritas.

-Diego: Uh, ¿películas o directores? Bueno, ok. Shaun of the Dead (Edgar Wright, 2004), la película de South Park (Trey Parker, 1999), Stardust Memories (Woody Allen, 1980), Perros de la Calle (Quentin Tarantino, 1992) y en el puesto número uno, El Ladrón de Orquídeas (Spike Jonze, 2002).

-Agustín: El Extraño Mundo de Jack (Tim Burton, 1993), El Rey León (Rob Minkoff y Roger Allers, 1994), aunque no lo crean, Inglorious Bastards (Quentin Tarantino, 2009), Todo lo que Usted Siempre Quiso Saber sobre Sexo (Woody Allen, 1972) y en el uno, Eterno Resplandor de una Mente sin Recuerdos (Michel Gondry, 2004). No sé si me gusta esto igual, porque después voy a decir: «La puta madre, cómo me olvide de esa…».

La Máquina Que Escupe Monstruos y La Chica De Mis Sueños se estrenará el 21 de junio en su sitio oficial. Para más info, hacete fan de la peli en Facebook.