LIVE: Gruff Rhys en Niceto

marzo 12, 2012

Bajo la propuesta de una noche acústica, las bandas locales Valle de Muñecas y El Mató a Un Policía Motorizado bajaron unos decibeles y adaptaron sus estilos rockeros a versiones más chill out. Es que la ocasión así lo ameritaba y, después de la entrada, el músico galés Gruff Rhys se subió al escenario y dio rienda suelta a una noche mágica.

Cuando pasadas las 23 se abrió el telón, entre la oscuridad y el humo resaltaba la pantalla en tonos rosas y naranjas con el nombre de Gruff Rhys. Con toques muy femeninos (tres hileras de globos rosas) y una decoración al estilo yankee cual Día de San Valentín, el líder de Super Furry Animals apareció vistiendo poncho multicolor y saludó con un gran cartel que decía HOLA -después de algunos temas usó otro con la palabra GRACIAS-.  

Sonó parecido al inglés Cat Stevens y recreó un imaginarium que hizo recordar a la alegría y buena vibra de The Flaming Lips, a la agresiva tranquilidad de Radiohead, junto a la rítmica de Cold War Kids. Además, fue imposible no pensar en Jack Jonhson cuando cantó el segundo tema de la noche, Sofi Softly, de su último disco solista, Hotel Shampoo (2011). Intrépido y polígnoto ratificó que la música es el lenguaje universal y no importó si cantó en galés o en inglés, ya que la gente se copó con toda canción.

En un momento determinado el calor se apoderó del escenario, el músico se sacó el bizarro poncho que parecía la bandera gay al estilo gauchezco y se quedó en camisa. Ahí fue cuando agarró la armónica y dio vida al tema The Court of King Arthur, hit del álbum Candylion (2007).

Sin efectos especiales, sin computadoras de por medio y muy a la old school sacó un disco de vinilo para recrear imágenes mentales a través de sonidos analógicos. Tras un sutil ruido a turbinas dijo: «Los llevaré al campo con mi avión» y así, entre pajaritos cantando, empezó a tararear el tema The Get Away Song. No podían faltar sus juguetitos en el escenario, sacó a Kevin y lo puso sobre la mesa. ¿Quién es Kevin? el reloj que adquirió hace seis años en San Telmo. Lo acompaña en cada tour y participa en algunas canciones como If We Were Words (Hotel Shampoo). También nos presentó a su novedoso baterista llamado The Gland, un mini disco grabado con algunas frecuencias y beats para energizar Rublble Rubble, track de su último disco. 

En una mezcla entre fantasía y realidad logró elevar al máximo la onda sonora generando una explosión sentimental y auditiva. Consiguió, durante más de una hora, que la poesía de la música resonara en el corazón del público. Creó una combinación justa de sonidos extremos –como bien nos explicó hace unos días– y empleó diferentes técnicas e instrumentos para convertir el show en la utopía rítmica que prometió.

Fotos

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Ph. Sacry