Bajo la propuesta de una noche acústica, las bandas locales Valle de Muñecas y El Mató a Un PolicÃa Motorizado bajaron unos decibeles y adaptaron sus estilos rockeros a versiones más chill out. Es que la ocasión asà lo ameritaba y, después de la entrada, el músico galés Gruff Rhys se subió al escenario y dio rienda suelta a una noche mágica.
Cuando pasadas las 23 se abrió el telón, entre la oscuridad y el humo resaltaba la pantalla en tonos rosas y naranjas con el nombre de Gruff Rhys. Con toques muy femeninos (tres hileras de globos rosas) y una decoración al estilo yankee cual DÃa de San ValentÃn, el lÃder de Super Furry Animals apareció vistiendo poncho multicolor y saludó con un gran cartel que decÃa HOLA -después de algunos temas usó otro con la palabra GRACIAS-.
Sonó parecido al inglés Cat Stevens y recreó un imaginarium que hizo recordar a la alegrÃa y buena vibra de The Flaming Lips, a la agresiva tranquilidad de Radiohead, junto a la rÃtmica de Cold War Kids. Además, fue imposible no pensar en Jack Jonhson cuando cantó el segundo tema de la noche, Sofi Softly, de su último disco solista, Hotel Shampoo (2011). Intrépido y polÃgnoto ratificó que la música es el lenguaje universal y no importó si cantó en galés o en inglés, ya que la gente se copó con toda canción.
En un momento determinado el calor se apoderó del escenario, el músico se sacó el bizarro poncho que parecÃa la bandera gay al estilo gauchezco y se quedó en camisa. Ahà fue cuando agarró la armónica y dio vida al tema The Court of King Arthur, hit del álbum Candylion (2007).
Sin efectos especiales, sin computadoras de por medio y muy a la old school sacó un disco de vinilo para recrear imágenes mentales a través de sonidos analógicos. Tras un sutil ruido a turbinas dijo: «Los llevaré al campo con mi avión» y asÃ, entre pajaritos cantando, empezó a tararear el tema The Get Away Song. No podÃan faltar sus juguetitos en el escenario, sacó a Kevin y lo puso sobre la mesa. ¿Quién es Kevin? el reloj que adquirió hace seis años en San Telmo. Lo acompaña en cada tour y participa en algunas canciones como If We Were Words (Hotel Shampoo). También nos presentó a su novedoso baterista llamado The Gland, un mini disco grabado con algunas frecuencias y beats para energizar Rublble Rubble, track de su último disco.
En una mezcla entre fantasÃa y realidad logró elevar al máximo la onda sonora generando una explosión sentimental y auditiva. Consiguió, durante más de una hora, que la poesÃa de la música resonara en el corazón del público. Creó una combinación justa de sonidos extremos –como bien nos explicó hace unos dÃas– y empleó diferentes técnicas e instrumentos para convertir el show en la utopÃa rÃtmica que prometió.
Fotos
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Ph. Sacry