ENTREVISTA: Gruff Rhys

marzo 5, 2012

El poder del artista se halla en algún lugar lejano a la diplomacia. Y vaya que el líder de los Super Furry Animals se mueve en este plano con bastante destreza a fuerza de risotadas y desparpajo. Gruff Rhys es capaz de abrazarse a una ballena de peluche vistiendo un impermeable amarillo para promocionar el track del videojuego Whale Trail, salir en busca de un tío lejano -mitad galés, mitad gaucho- por los páramos del sur argentino, construir un hotel en escala con sólo botellas descartables (y robadas) de shampoo de hotel. El multiinstrumentista -que colaboró con Gorillaz, Mogwai y Danger Mouse, entre otros- se dispone el próximo 9 de marzo a presentar en Niceto su tercer y último disco solista, Hotel Shampoo; material que no sólo le valió un Welsh Music Prize que lo envío al Glustonbury del año pasado sino también, y principalmente, trece canciones catárticas que lo curaron de una vieja patología. Rocktails tuvo la oportunidad de charlar con él sobre este trabajo autobiográfico, la especial relación que lo une a Sudamérica, su rol de cineasta, los Super Furry Animals e, incluso, su opinión sobre la ley SOPA. El retrato de un tipo que sabe cómo, con coherencia, comulgar con el absurdo.

-Hotel Shampoo resultó ser la cura de una cleptomanía muy particular. Dijiste alguna vez que esas pequeñas botellas de shampoo que te llevabas de los baños de los hoteles y que convertiste en una extensa colección (567 items) eran como una especie de diario que versaba sobre viejos tiempos de ingresos desechables, hoteles desechables y, por supuesto, shampoo desechable…

-Sí, fue bastante extraño. Cuando comencé a irme de gira con los Super Furry Animals, prácticamente vivía en hoteles, me sentía como un turista. Y supongo que llevarme todo era una especie de escape. Terminé yendo a muchas más giras de las que esperaba, así que tenía muchísimas botellas. Después de 15 años, decidí construir un hotel a escala con un estilo clásico a lo Monopoly, utilizando sólo esos envases. Ese hotel resultó ser Hotel Shampoo, una declaración de principios sobre lo inútil y lo efímero. Fue catártico. Nombré al disco de ese modo porque, en definitiva, era una mirada atrás, autobiográfica, sobre épocas más absurdas, sobre lugares desechables.

Tu intención inicial era simplemente grabar baladas con el piano pero las cosas resultaron un poco diferentes. ¿Cómo describirías el sonido final de Hotel Shampoo?

-Bueno, quería hacer una especia de disco abierto, suave. Me dije «ya tengo 40 años, debería relajarme». Algo convencional con el piano y el saxo, pero no funcionó. Supongo que quedó en la mitad de eso y… mmm, algo más que no sabría explicar (risas).

-Comenzaste grabándolo en casas ajenas de tu Gales natal porque no tenías en aquel momento un contrato discográfico y, luego, acabaste mezclándolo en Los Angeles. ¿Cómo ese eclecticismo geográfico acabó influyendo en el álbum?

-Comencé a grabarlo en casas de amigos durante el invierno galés. Tenía que lograr sacar un resultado en medio de tanto nomadismo. En el álbum canto como si fuese a estornudar en cualquier momento, como si estuviese enfermo de gripe o algo así. Iba por las casas pidiéndoles a mis amigos espacio para grabar diferentes fragmentos. Tomó aproximadamente dos semanas terminar de grabar el disco. Digamos que ese frío y humedad le dieron un clima especial. Más tarde, tomé la oportunidad de terminar de mezclar el álbum con Mario Caldato. Fueron otras dos semanas más pero, afortunadamente, de sol (risas).

Viniste a Argentina para presentar Separado! (2010) en el BAFICI del año pasado. Leí en tu página web que lo definís como un «droneumentary» (N.de.R: juego de palabras entre documentary y drone -estilo musical minimalista de la década del «˜60). ¿Qué idea ronda este nuevo término?

-Pensé en una especie de subgénero para poder describir la película. Drone es como una frecuencia envolvente para mí. Podés quedar atrapado y perderte un poco dentro de este documental. No es un documental del todo legítimo, tuve que mezclar un poco las cosas y mentir un poco también, entonces no es un documental per se sino un droneumentary…. o algo así (risas).

-Dijiste que, para vos, hacer música tiene mucho que ver con el proceso de filmar una película. Además de Separado!, dirigiste un corto -Long Distance Information (2011)-. ¿Podrías profundizar sobre esta conexión que percibís entre ambas actividades? ¿Recibís estimulación visual de tus canciones?

-Sí. Supongo que se retroalimentan mutuamente. Hay una historia tan extensa y maravillosa sobre la coparticipación de la música y el cine. Cuando filmamos Separado! estábamos escuchando mucha música relacionada con el spaghetti western… fue imposible no imaginarse un poco dichos espacios sin la obra de Ennio Morricone; parecía imprescindible, tanto en términos sonoros como visuales.

-En Separado! vas en busca del rastro de Rene Griffiths, un tío lejano que habitó la Patagonia. En Con Cariño, canción de tu disco Candylion, le cantás en español al jugador de fútbol brasileño Ronaldinho. Tu película preferida es La Montaña Sagrada del chileno Alejandro Jodorowsky. Parece que algo te une de forma particular a esta parte del mundo ¿Creés que afecta a tu música de algún modo?

-Creo que la cultura popular sudamericana es enorme. El mundo está comprimiéndose, acercándose cada vez más. Al principio de dicha compresión, Norteamérica era muy dominante y resultaba inevitable mirar hacia allí. Pero, en mi caso, siempre estuve abierto a la cultura pop en general. Tengo influencias de Medio Oriente… escucho música pop arábiga, pop japonés; así como bandas norteamericanas y sudamericanas. Siempre sentí curiosidad por Sudamérica y Argentina porque tenía parientes en la Patagonia, en la comunidad galesa de allí. Siempre tuve esta idea romántica de una conexión mística y musical con la gente de ese lugar tan distante.

Hablando de «ese lugar tan distante», este próximo 9 de marzo vas a estar tocando en Buenos Aires, tu primer concierto real en la ciudad, si se lo puede llamar así, luego del «show imaginario» que filmaste para Separado! ¿Qué tenés planeado para el recital?

-Estoy haciendo un tour por el mundo que tiene muchos elementos de composición lírica y guitarra. También va a haber algo de karaoke. Algunos sonidos extremos, recorriendo todos mis discos. Voy a intentar deconstruir mis sonidos usando diferentes técnicas y empleando diferentes instrumentos para lograrlo: teclados, grabadoras, unos increíbles instrumentos de percusión india que conseguí hace un tiempo. Estoy realmente entusiasmado.

Llegó el momento inevitable en el que sale a colación el tema de los Super Furry Animals. Ya llevan casi 20 años de carrera. ¿Qué los instó a permanecer juntos durante tantos años? ¿Qué cosas cambiaron y cuáles se mantuvieron con el paso del tiempo?

-Creo que lo que más cambió es que somos 20 años más viejos (risas). Tenemos hijos y demás. Hay otras responsabilidades por fuera de la banda. Al principio la banda era un completo caos, las sesiones eran sesiones de borrachos, era felizmente absurdo; eso cambió. Ahora supongo que se trata más sobre la música. Lo que permaneció igual es que seguimos viviendo muy cerca los unos de los otros, nuestro compromiso con la música permaneció intacto. Justamente tocamos hace pocos días en un partido de fútbol donde Gales enfrentó a Costa Rica en homenaje a Gary Speed (N. de R.: director de la selección galesa de fútbol fallecido el año pasado). Este año va a ser un gran año para los miembros de la banda. Cian, el tecladista, va a estar lanzando su disco solista el primero de mayo; Guto, el bajista, acaba de terminar un trabajo propio también. Todos van a estar ocupados.

Además de este homenaje en el cual participaron hace poco, ¿hay otros planes futuros en el corto plazo para los SFA a pesar de los compromisos personales? ¿Y para vos en particular?

-Con los SFA vamos a tener que esperar un poco, estamos todos con nuestros proyectos solistas, así que lo que vendrá para la banda está un poco en espera. Con respecto a mis proyectos personales, espero poder hacer la secuela de Separado!, una búsqueda un tanto imposible de algunos otros miembros de mi familia. Esperamos poder empezar a filmar en agosto de este año. Creo que toda familia tiene sus abismos, confirmaré (o no) esa tesis en esta película. Voy a estar buscando en los EEUU a un pariente que estuvo viviendo con los indios americanos. Si logró descubrir que su existencia fue real,  cambiará la historia de los Estados Unidos (risas).

¿Cómo compararías tu proceso de trabajo en los SFA con tus esfuerzos solistas, creativamente hablando?

-Son bastante similares las cosas, en verdad. Es imposible para mí pensar las cosas sin pensar en los Super Furry Animals. Inevitablemente, hay muchas conexiones. Con los SFA, se trata de la ecuación entre cinco personas. Nos ponemos bastante rigurosos al grabar, es la sana lucha de un quinteto. Se trata de ver siempre hasta dónde podemos llegar orquestando. Trabajamos en períodos de cuatro a seis meses con sólo los domingos libres. Es intenso, nos sumergimos en un mundo paralelo cuando estamos en el estudio. Cuando grabo solo, acaba -por supuesto- siendo mucho más personal. Alcanzo un nivel de simplicidad casi animal.  El proceso suele ser mucho más rápido y más básico, también.

Volviendo a Hotel Shampoo y continuando con el tema del proceso creativo, dijiste que las canciones que más te gustan del álbum son aquellas cuyo desarrollo menos pudiste controlar, como Shark Ridden Waters. ¿Siempre tratás de ser lo más espontáneo posible o usualmente te comportas como un freak del control?

-Eso cambia de canción a canción. A veces soy un obsesivo del control, tengo todo muy planeado; y, por momentos, llegás a los resultados finales por accidente. Tenés que permanecer abierto a los posibles errores; esas infecciones pueden resultar mucho más inspiradoras y poderosas que la perfección. Con Andy Votel, el productor del disco, sacamos a la luz la mayoría de las canciones. Hacemos muchos DJ sets juntos, mezclando discos de funk psicodélico más que nada. Estábamos trabajando sobre el track Christopher Colombus, cuando la melodía de Shark Ridden Waters apareció de la nada durante esos encuentros y de un modo increíblemente veloz. Es muy efectivo cuando vas a comprar comida y tomando unas cervezas te ponés a charlar sobre tiburones, peces… (risas).

Trabajaste con muchos grandes músicos en los últimos años. Con respecto a tu colaboración con Gorillaz, la describiste como una verdadera apertura de ojos…

-Loquísimo. Durante los tres conciertos en los que estuve, eran más de 15 músicos, era casi como estar en una orquesta. Un orquesta bastante excéntrica. Una experiencia única. Nunca haré algo como eso de nuevo. Damon Albarn fusiona músicos de una manera muy talentosa, hace mush ups del demonio con ellos (risas). Arriba del escenario todo acababa siendo épico… Mick Jones y Paul Simonon (ex The Clash), Bobby Womack cantando…sentía que estaban filmando una película, que no era real.

¿Qué ocurrió con Neon Neon, tu trabajo conjunto con Boom Bip? Después de mucho silencio, anunciaron el lanzamiento de un nuevo single -Wheels- el pasado diciembre. ¿Se podrá escuchar algo más de ustedes en el futuro?

-Cuando hicimos Stainless Style (2008), se trataba de una biografía del fabricante de autos John DeLorean. Creo que si alguna vez grabamos otro, tendría que ser también la biografía de alguien, algo que direccione nuestros esfuerzos. Pero, honestamente, lo veo un poco difícil.

-Una anteúltima pregunta producto de la curiosidad. Escuché que aprendiste a tocar la guitarra como zurdo, a pesar de ser diestro; y que, incluso hoy en día, tocás guitarras para diestros de modo inverso. ¿Cómo ocurrió eso?

-Algo retorcido. Mi hermano mayor me enseñó y él era zurdo. Él se fue de casa….me quedé con su guitarra y seguí con ella. Me acostumbré tanto que luego, al comprarme una guitarra eléctrica, la tocaba «dada vuelta». Pero soy diestro, en verdad, escribo con mi mano derecha. Creo que todo eso lo hace más retorcido aún. Yo era muy joven, realmente nunca me importó.

-Para terminar, me gustaría preguntarte sobre un tema político que está generando un gran debate a nivel mundial  y que afecta el campo de la música en particular. ¿Qué pensás sobre lo que está ocurriendo con proyectos de ley como SOPA o PIPA, las restricciones legales a la distribución libre de contenidos en Internet?

-Es muy extraño; siniestro, diría yo. Las grandes corporaciones usando los gobiernos para controlar la red. En UK, pequeños websites se alzaron estupefactos porque dichas propuestas con base en Estados Unidos están afectando en gran medida a todo el mundo, soy testigo de lo que ocurre en Europa. Internet es global… todos somos parte de ello. En relación con mi propio métier, es increíble como Internet abrió tantas puertas a la música, de muchos modos. La paranoia de las empresas sobre el control es irrisoria… confío en que es imposible lo que buscan, incluso cuando juegan con la legislación. Tengo esperanzas en la irrefrenable fuerza de la web. Realmente las tengo.

Gruff Rhys se presentará el viernes 9 de marzo en Niceto Club. Más info del evento acá.