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El trÃo con base en Manchester lanza su quinto álbum, Sky at Night, destacando los puntos más fuertes de su propuesta: melodÃas agridulces y buenas letras.
Se trata claramente de un álbum para escuchar de corrido, ya que el disco lleva a la reflexión trazando la ruta de viaje de un hombre desde el pasado hasta el presente, mezclando muy bien lo universal con lo local y lo sublime con lo mundano.
En Fingerprints la voz de John Bramwell parece tener un sabor parisino (él sigue siendo en esencia un contador de historias), lo mismo sucede en I Still Do donde, más allá del predominio de su voz, sobresale la guitarra, ejecutada con extrema delicadeza. La canción nos lleva a los recuerdos, las acciones y la imaginación de nuestro pasado.
Lately, a su vez, nos recuerda de alguna manera a Spiritualized: tambores, coros y voz desesperada, aunque la canción mantiene calma y claridad. Asimismo, Radiation es la canción mas larga del álbum y el momento más beatle, con arreglos de cuerdas y un estribillo al estilo Hey Jude. Pero lo mejor lo dejaron para el final, con un memorable cierre. Same Shoes mira hacia atrás y persiste en el tema de la memoria y los lamentos, con vientos tristes, platillos penetrantes y una cansina pero hermosa voz.
Sky At Night fue mezclado por Guy Garvey de Elbow, quien seguramente ha aportado una pizca de introspección, invitando al oyente a tomar un camino de regreso a través de su vida, evaluando la forma de su viaje y no la meta. El disco muestra también la cualidad de la autocrÃtica y resalta la melancolÃa que brota de la lluviosa Manchester.
Degustación:
Fingerprints
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