Después de cinco años de inhabilitación, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires ha decido demoler el lugar que vio nacer tanto al underground porteño de los «˜80 como al rock nacional de estadios de los ’90. En el barrio de Montserrat las obras ya están en proceso y dentro de algunos dÃas donde estaba Cemento habrá un gran estacionamiento.
Haciendo un poco de história, el 28 de junio de 1985 fue la fecha en que se inauguró el espacio regentado por Omar Chabán y su (en ese entonces) pareja Katja Alemann, que en sus dos primeros años funcionó como una disco cultural. En esta etapa era habitual ver arriba del escenario a artistas como Batato Berea haciendo sus performances, o a la Organización Negra (precursora del teatro de acción que más tarde tomarÃa el nombre de De La Guarda) hacer una intervención totalmente de vanguardia en un show de Sumo.
Dos años después, la excéntrica pareja se separó y, por decisión de Chabán, el recinto se configuró definitivamente como el espacio del rock, aprovechando el estratégico momento en el que la radio Rock&Pop hizo su primera transmisión y el Suplemento Si imprimÃa su primera tirada. «Lo inventó Grinbank y nosotros lo pusimos práctica», fueron las palabras que Omar Chabán alguna vez pronunció cuando se le preguntó sobre la oportuna coincidencia.
Asà fue que la calle Estados Unidos albergó en sus veredas aquellas mÃticas colas de jóvenes esperando para entrar, fue testigo de los regateos en la boleterÃa y de cientos de cervezas que descansaron en su cordón. Las paredes de cemento transpiraron una y otra vez con cada grupo que se presentaba. En sus casi veinte años de vida pasaron por su escenario bandas tan dispares como Hermética, Babasónicos, Memphis la Blusera, Soda Stereo, Los Redondos, Attaque 77 y un montón más. Aunque el público de cada fecha era totalmente diferente, casi todos pueden testificar que muchos juntaban las monedas o se colaban en el tren para poder pagar la entrada, aunque su costo fuera módico.
Cemento jugó un papel decisivo en la configuración del rock de las últimas décadas, la mayorÃa de las bandas que en la actualidad llenan los estadios y las grillas de los festivales tuvieron un nombre gracias a que pasaron por ese galpón de mil quinientos metros cuadrados que más tarde serÃa catapultado con el definitivo de templo del rock.